lunes, septiembre 11, 2006

Libros / México: «La estética en México, siglo XX: diálogo entre filósofos»


ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Lunes 11 de septiembre de 2006
La Jornada

D esde que en 1913 Antonio Caso instauró por primera vez la cátedra de estética en la Escuela de Altos Estudios, se ha ido forjando en México una tradición sólida e identificable, con aportaciones indudables en ese campo.

Lo constató la filósofa e investigadora María Rosa Palazón Mayoral al revisar los planteamientos que en este tiempo han llevado a cabo los estetas mexicanos. Dicha revisión se encuentra glosada en el libro La estética en México, siglo XX: diálogo entre filósofos, recientemente publicado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (FFL-UNAM) y el Fondo de Cultura Económica (FCE).

Después de Antonio Caso, la revisión sigue con un alumno de éste, Samuel Ramos, y llega hasta Adolfo Sánchez Vázquez, quien -anota la autora en la introducción- "marca un hito a partir del cual esta área de la filosofía mostró en nuestro país la enorme pujanza que ha ido adquiriendo en su corta vida, y llega a los últimos trabajos al respecto".

En total son 51 los estetas cuyo obra estudia Palazón Mayoral, entre otros: Alberto Híjar, Bolívar Echeverría y Néstor García Canclini.

Aclara la especialista que no se trata de una historia de la estética ni de un diccionario en que se enumeren autores y obras, sino de una exposición, dividida temáticamente, de las ideas de quienes se han dedicado a la reflexión estética desde la filosofía.

Conceptos equívocos

"Como las fronteras interdisciplinarias son borrosas -explica la investigadora en la introducción de su libro-, quizá la exclusión de no-filósofos haya sido una injusticia. Cometerla fue inevitable. Acepto también que en estas páginas existen huecos lamentables: no dudo de la valía de ensayos que sólo menciono porque no tratan los temas que seleccioné, motivada por las coincidencias temáticas."

El primer tema que aborda es la definición del concepto filosófico de estética, dado que alrededor del término se han tejido numerosos equívocos: "Va una por la calle y ve 'Estética Masculina', 'Estética Femenina', 'Estética Unisex', 'Estética Canina' y 'Estética de Autos'. Este tipo de equivocaciones alcanzan incluso a algunos filósofos. Por eso el primer tema tenía que ser decir qué es la estética, que trabaja ciertas abstracciones que no son las del historiador del arte aunque trabaja con los mismos materiales; tampoco es la crítica de artes ni los proyectos creativos, sino que es un área de la filosofía que con toda abstracción siempre trabaja en la obra, en segundo plano, es decir ante la obra, ante la recepción de la obra, ante las poéticas, ante las críticas, ante la historia de las artes".

El segundo tema abordado por María Rosa Palazón es el de la experiencia estética y sus implicaciones, empezando por el juicio del gusto: "creo que es válido decir no entendí nada, pero me gustó, porque la experiencia del gusto implica muchas cosas, el gusto es lo que más nos compromete; es un juicio limitado que no habla del objeto sino de la reacción de uno ante el objeto, es buscar una especie de comunicación, de coincidencia".

Sin embargo, el poder dominante ha usado la experiencia del gusto para elaborar la crítica de las artes -este es otro tema- que es un juicio más argumentativo: "entonces veo ambos juicios, ambas visiones, ambas maneras, ambas hermenéuticas, esas interpretaciones y valoraciones de las artes".

Otros dos temas constantes en la reflexión estética de los filósofos mexicanos son "Las artes como trabajo", "Las artes como juego", "Artes en el capitalismo y el socialismo" y "Artes y conocimiento" (dos partes).

La palabra trabajo, acota la entrevistada, "tiene una carga peyorativa", ante la cual la nueva teoría, desde la escuela de Frankfurt, concretamente desde Marcuse, es referirse a las artes como un "juego", el juego de la cultura, enfoque que es "una defensa de la forma como se recibe el objeto cuando se dice que es artístico, es un momento presente que se disfruta, un ocio contra el negocio".

En ese sentido, sostiene la investigadora, "nos damos cuenta de que las sociedades son cada vez menos lúdicas; hubo un tiempo en que había siempre un juego y ahora lo hay menos, tal vez aplastado por los embates de la televisión y de todos los medios".

Sobre la creación artística en los dos sistemas mencionados, Palazón Mayoral observa que en el capitalismo se crean grandes obras a pesar la dinámica económica imperante "que nos tiene masificados y nos hace perfectos compradores de una mercancía".

En el ámbito socialista, a partir de la Revolución de Octubre (Rusia), "hubo una serie de grandes teorías y de grandes creaciones sosteniendo que las artes tiene una forma lúdica para todos y que todo mundo debería hacerlas; obviamente esto fue roto por Stalin y ya el propio Lenin prefería formas artísticas y sus juicios resultaban coartantes de otras".

En el breve espacio de una entrevista apenas se pueden enunciar los temas que la autora desarrolla en profundidad y que le permiten afirmar sin lugar a dudas que hay "una aportación de los filósofos mexicanos en el campo de la estética".