viernes, agosto 03, 2007

Libros / México: Presentan «La terca memoria» de Julio Scherer

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Miguel Ángel Granados Chapa, Anabel Hernández, Carmen Aristegui y Lydia Cacho. (Foto: Agencia Reforma)

M éxico, 2 de agosto, 2007. (Jenaro Villamil/APRO).- La Terca Memoria, de Julio Scherer García adquirió esta tarde el aroma de mujer: En el jardín de la Casa Lamm, abarrotado con por decenas de asistentes, las periodistas Carmen Aristegui, Lydia Cacho y Anabel Hernández presentaron el reciente libro del fundador de Proceso.

Destacaron la valentía y la congruencia del reportero incansable que es Scherer, quien decidió presentar «la piel y la entraña» de sus propios recuerdos.

El columnista Miguel Angel Granados Chapa, moderador de la mesa, subrayó desde el inicio que «la presencia multitudinaria en esta presentación es indicativa no sólo del interés que genera este gran periodista, que es Julio Scherer, sino del interés que presenta la perspectiva de estas tres reporteras, la flor y nata del ejercicio periodístico escrito por mujeres».

Para Carmen Aristegui, conductora del noticiario matutino Hoy por Hoy en la W Radio, el valor más importante de La Terca Memoria es la decisión de Julio Scherer de «reportear sus recuerdos» y "poner el libro en su propia llaga».

Scherer, destacó Aristegui, se atrevió a hacer lo que ninguna otra celebridad de su talla hubiera hecho: colocar esos recuerdos ante la mirada de sus lectores, con toda su crudeza, describiendo los entretelones de la relación de maridaje e institucionalización entre la prensa y el poder.

«¿Estamos ante las memorias de Julio Scherer? --se preguntó Aristegui--; yo creo que no. La Terca Memoria es un libro de grandes pinceladas, de luces y sombras... Es un acercamiento a la piel y la entraña de don Julio Scherer», pero aún faltan muchas cosas de su autobiografía, resaltó la amiga e interlocutora constante del fundador de Proceso.

La autora de Los Demonios del Edén, Lydia Cacho, coincidió con Aristegui en que Julio Scherer se expone como ser humano ante sus lectores; describe los peligros a los que se enfrenta un gran reportero: «al poder de los otros y al poder personal».

Cacho citó una de las frases de La Terca Memoria como síntesis de la pasión periodística de Scherer García: «Tengo la certeza de que no hay hombre más libre que un reportero». Y parafraseó al propio autor cuando rememoró su afecto hacia Gabriel García Márquez: «Te queremos Julio, no porque eres un dios del periodismo, sino porque eres humano».

Para la periodista que ha sido víctima del autoritarismo de las redes políticas y económicas de la pederastia, Scherer no oculta su nostalgia, muestra sus heridas abiertas, revela su emoción, persiste en un estilo sin concesiones y lleva al lector a través de sus reflexiones frente a la traición, el amor y el abandono.

Anabel Hernández, autora del libro Fin de Fiesta en Los Pinos, afirmó que Scherer constituye «un crisol donde se ha fundido la historia del México moderno (…) ha escrito historias que nadie ha querido escribir».

Hernández, actualmente reportera de la revista cibernética Reporte Índigo, advirtió también que la censura que describe Scherer en su libro todavía persiste, «pero hoy no hay espacio para claudicaciones, no hay espacio para medias tintas».

Entre los pasajes y las estampas del libro editado por Grijalbo, Aristegui, Cacho y Hernández destacaron las historias de Carlos Hank González y la persistencia del ánimo corruptor en su hijo Jorge Hank; las remembranzas en torno a viejos compañeros de Excélsior, como Gastón García Cantú o Abel Quezada; la nostalgia por Susana, su esposa; su afecto por Carlos Quijano; las historias difíciles de Proceso; los desencuentros con los intelectuales que cedieron a los encantos del poder…

Granados Chapa recordó que en la época del autoritarismo casi perfecto del régimen mexicano, «lo que el público apreciaba de un periodista era la valentía».

Más recientemente, agregó, con la apertura democrática, se aprecia la inteligencia de los reporteros. Sin embargo, advirtió el autor de Plaza Pública, «todavía se requiere el ejercicio de la valentía como la ejerció Scherer. Hoy hemos escuchado a tres periodistas valientes e inteligentes».

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