miércoles, agosto 22, 2007

Teatro / México: Gabriela Roel platica con un taxista sobre Frida

.
La actriz chihuahuense. (Foto: Leo Morales)

M éxico, 22 de agosto, 2007. (Julio Alejandro Quijano /El Universal).- «Oiga, no sé para qué tantos homenajes si los cuadros de esa señora están feos». La declaración es de un taxista en la ciudad de México, «la señora de los tantos homenajes» es Frida Kahlo.

Gabriela Roel escuchó al taxista mientras viajaba hacia la colonia Condesa: curiosamente, la actriz se dirigía a un ensayo de Frida, viva la vida, monólogo que se estrenará proximamente en el Café 22, en esta colonia. Ese día, a bordo del taxi, Roel le explicó al trabajador del volante: «Frida es la mexicana más importante en el extranjero. Representa a México con un alto nivel de pensamiento político, actitud femenina y mérito artístico». El debate se terminó cuando llegaron al café, pero el incidente hizo que la actriz reflexionara: «Frida suele ser valorada en su justa dimensión en el extranjero, pero no siempre en México».


Gabriela Roel lleva un par de meses pidiéndole permiso a Frida Kahlo para que le permita conocerla e interpretarla. Primero en un documental biográfico de Héctor Tajonar que se filmó como parte de la celebración del centenario de la pintora y ahora en el monólogo que se estrenará proximamente.

La pregunta es: ¿le ha dado permiso? Roel responde: «A veces sí y otras no se deja. Es una de las mujeres más importantes en la historia de México por su trascendencia en el extranjero y quiero que mi actuación corresponda a esa importancia».

El monólogo se llama Frida, viva la vida y es, según el director Felipe Nájera, una celebración a la que estará invitado el público que asista a las funciones. La obra comienza en la cocina de la casa de Kahlo donde se prepara para recibir a varios invitados: algunos están vivos y otros no.

«Decidimos ubicarla justamente en el Día de Muertos porque los mexicanos solemos celebrar la muerte», explica Nájera.

Esta supuesta contradicción es la misma que se plantea respecto de Frida Kahlo, cuya biografía siempre se ha asociado con la estética del dolor y el sufrimiento continuo. Roel lo entiende así: «Siempre enfrentó cada circunstancia con la suficiente entereza para nunca darse por vencida. Aunque parecía que el dolor la derrotaría, ella siempre demostró que era más fuerte su ímpetu por vivir».

En ese sentido, Felipe Nájera está seguro de que tanto Frida como Diego Rivera tenían un plan preciso sobre lo que sería su vida y cómo querían ser recordados. «En el cuarto de su casa hay esa famosa leyenda que dice: ‘Este es el cuarto de Frida, Diego y María Félix’. Yo lo entiendo como que ellos se ponían en ese nivel de divas, de personajes importantes en la historia de México».

Esta interpretación la refleja en la puesta de este monólogo escrito por Humberto Robles y en el que vemos a una Frida Kahlo rodeada de un montón de instrumentos quirúrgicos: su casa parece una sala de operaciones.

Además, buscaron separarse lo suficiente de la fridomanía, fenómeno mercadológico que ha pervertido la figura de la pintora al grado de ponerlo en encendedores y muñecas.

«Hasta en calzones la vemos», dice divertida Roel. Nájera explica: «Dentro del monólogo hay un momento en que Frida se burla de todos estos fetiches, expresa un poco esa visión que podríamos tener hoy nosotros respecto a esta comercialización de su imagen».

Aunque no es una biografía de rigor histórico, Frida, viva la vida rescata todos los aspectos de su personalidad. Roel dice: «No creo que podamos partirla en pedazos; no existe una Frida pintora y otra política».

REGRESAR A LA REVISTA