domingo, noviembre 25, 2007

Cine / México: Exhiben documental con material inédito sobre la vida de Diego Rivera

.
Diego Rivera. Mexico, 1946. (Foto: Leo Matiz)

M éxico, 25 de noviembre, 2007. (Arturo Jiménez / La Jornada).- Este lunes 26 de noviembre se estrenará en la ciudad de México el largometraje Un retrato de Diego. La revolución de la mirada, dirigido por Gabriel Figueroa Flores y Diego López Rivera, hijo del cinefotógrafo y nieto del muralista, respectivamente, y que incluye 25 de 40 minutos de material inédito filmado por Manuel Álvarez Bravo, producido por Gabriel Figueroa y protagonizado por el gran pintor.

En el material inédito se observa a Diego Rivera trabajando en su estudio, pintando a Dolores del Río, tomando apuntes en los mercados, en Xochimilco con alcatraces, con vendedoras de flores, en compañía de unas tehuanas, en Juchitán, o durante la construcción del Anahuacalli.

También se observan imágenes de la exposición-homenaje al pintor montada en el Palacio de Bellas Artes por sus 50 años de trayectoria, para la cual se reunieron 500 de sus obras.

Luego de más de 50 años enlatado, el material fílmico fue hallado recientemente en el archivo familiar de Figueroa en condiciones excelentes y es la base del trabajo de López Rivera y Figueroa Flores, quienes crearon un largometraje de 80 minutos que se presentará este lunes y miércoles a las 7 y media de la noche en el Museo Nacional de Arte, como parte de la exposición Diego gráfico e hipergráfico.

Pese a que el documental ya fue presentado en octubre pasado en el Festival Internacional de Cine de Morelia (La Jornada/11 octubre/2007), la expectativa que genera es bastante amplia porque a partir del viernes 30 se exhibirá comercialmente en 15 salas de la ciudad de México y luego se proyectará en otras ciudades del país.

«El material inédito es bellísimo y estaba perfectamente conservado», dijo Diego López Rivera durante el homenaje a su abuelo por su 50 aniversario luctuoso, este sábado en la Rotonda de las Personas Ilustres.

«Gabriel Figueroa Flores y yo quisimos hacer una reflexión, a 50 años de distancia, sobre la importancia de la obra de estos tres grandes artistas (Figueroa, Álvarez Bravo y Rivera) a partir del nacionalismo. Pero también acerca de la vigencia de la misma y de todo lo que aportaron a la iconografía nacional», dijo López Rivera, director de Goitia, un dios para sí mismo.

Ahí, en el Panteón Civil de Dolores, donde también están sepultados los otros dos grandes muralistas: José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, estaba su madre, Guadalupe Rivera Marín, quien reiteró su rechazó a que, como quisieron dirigentes de izquierda hace medio siglo, los restos de Rivera descansaran junto a los de Frida Kahlo, en el Anahuacalli.

«Si 50 años después la mercadotecnia ha querido opacar la figura de mi padre, lanzando a Frida como una heroína, creo que ahora es tiempo de que cada quien esté en el lugar que le corresponde», dijo luego del homenaje, al que asistieron otros miembros de la familia.

Rivera Marín comentó a los reporteros que la campaña anticomunista del macarthismo incluyó al arte público del muralismo mexicano, con la participación de artistas que comenzaron a promover el arte abstracto, lo que fue una de las causas del decaimiento de la escuela mexicana.

La hija del muralista recordó que el arte público es pintado para el pueblo como un medio de educación y de reconocimiento de sus luchas de reivindicación. Dijo que el muralismo debería renacer para denunciar los muchos problemas sociales y políticos que aquejan a México.

En representación de Teresa Franco, directora del INBA, asistió el subdirector Ricardo Calderón, quien hizo una semblanza de Diego Rivera y lo ubicó como uno de los artistas más grandes de todos los tiempos.


REGRESAR A LA REVISTA