domingo, junio 21, 2009

Obituario / Alejandro Rossi

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El filósofo mexicano de origen italiano. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 7 de junio de 2009. (RanchoNEWS).- Desde la Ciudad de México el periódico El Universal informa del deceso del intelectual, considerado «una de las voces más rigurosas del pensamiento y la creación en Iberoamérica, entre otras cosas, por su uso del lenguaje», y La Jornada sobre el homenaje en el Palacio de Bellas Artes:

A causa de un paro respiratorio, el viernes a las 23:30 horas falleció a los 77 años el escritor Alejandro Rossi, en su casa de esta ciudad. Así lo confirmó su hijo Lorenzo Rossi.

El filósofo padecía desde hace años de un enfisema pulmonar que lo obligaba a utilizar oxígeno. Sus restos fueron velados ayer en la funeraria Gayoso Félix Cuevas y serán cremados este domingo a las 11:00 horas.

El escritor y filósofo nació en Florencia, Italia, en 1932; llegó a México hace más de 58 años y fue uno de los mejores amigos del poeta Octavio Paz, con quien trabajó en las revistas Plural y Vuelta.

Rossi se graduó en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM; posteriormente estudió en Friburgo y en la Universidad de Oxford, donde fue miembro del Magdalen College.

Fue profesor en la Facultad Filosofía y Letras e Investigador en el Instituto de Investigaciones Filosóficas (UNAM) desde 1958. Dio cursos y conferencias en diversas instituciones culturales y universitarias de México y del extranjero.

Con su más reciente libro Edén. Vida imaginada –por el cual recibió el premio Xavier Villaurrutia 2006–, Rossi trazó la que llamó una especie de «épica de la vida cotidiana» de los años en los que viajó de un lugar a otro con sus padres y su hermano, casi siempre en barco.

«Creo que siempre estamos a la baja, los niños sueñan más cosas, no sé si estaría contento con lo que soy ahora, con algunas cosas tal vez. Continué, de algún modo, con la vida que ya estaba presente en ese muchacho, no en un sentido misterioso, sino en el sentido más obvio: soy una persona que también ha vivido, después, en muchos países, que estuvo sujeto a diferentes culturas, que estudió por aquí, por allá, que después vino, que después se fue, y que ya no se reintegró, aunque siempre estuvo en contacto con esas zonas donde naturalmente debió crecer: Italia, fundamentalmente, Venezuela o hasta Argentina. Sin embargo, estoy en México, fui fiel a la vida de transición que empezó aquel niño», comentó aquella vez a El Universal.

Alejandro Rossi hizo en ese libro un acercamiento literario a su segunda infancia, marcada por la itinerancia geográfica y lingüística de ciudades como Florencia, Caracas, Roma, Montevideo y Buenos Aires; y los idiomas italiano y español.

Su biografía abarca también los libros Lenguaje y significado, Manual del distraído, Sueños de Occam, Diario de Guerra, El Cielo de Sotero, La Fábula de las Regiones, Cartas Credenciales y Un café con Gorrondona.

El investigador emérito de la UNAM y miembro del Colegio Nacional y del Sistema Nacional de Creadores de Arte, había comenzado a publicar con el Fondo de Cultura Económica sus obras reunidas en 2005.

Su hijo Lorenzo Rossi dijo que con autoridades del Conaculta y del Fondo de Cultura Económica se habló ayer de la posibilidad de realizar en las próximas semanas un homenaje al escritor.

Homenaje en Bellas Artes

Con la asistencia de casi un centenar de personas, entre familiares, colegas, discípulos y amigos, se realizó la mañana de este domingo un homenaje de cuerpo presente al recién fallecido filosofo, investigador y escritor Alejandro Rossi (1932-2009), en el vestíbulo del Palacio de Bella Artes.

A la ceremonia luctuosa acudieron el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles; Consuelo Sáizar, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes; Teresa Vicencio, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA); Joaquín Díez-Canedo, director del Fondo de Cultura Económica (FCE); el artista plástico Manuel Felguérez; el arquitecto Teodoro González de León; Sealtiel Alatriste, titular de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM; Porfirio Muñoz Ledo; Marie José Paz; Rafael Tovar y de Teresa, entre otras personalidades.

El acto estaba programado para las 12 horas; sin embargo, a las 12:30 se confirmó la asistencia del presidente Felipe Calderon, quien arribó al recinto por la puerta principal a las 12:45 horas.

A los pocos minutos de dar inicio el reconocimiento in memoriam, luego del discurso del escritor Adolfo Castañón, que incluyó una semblanza del filósofo y escritor, así como de las palabras del rector Narro Robles, y durante la alocución de Alonso Lujambio, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), un grupo de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador llegó hasta la puerta principal del Palacio de Bellas Artes, por lo que personal del recinto las cerró para evitar su ingreso.

Acto apresurado

Entonces, el grupo empezó a corear: «¡Espurio, espurio, espurio!» durante varios minutos, gritos que se escucharon en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes, donde se encontraba el presidente Felipe Calderón.

Al término de las palabras del titular de la SEP, el acto se apresuró para que se realizara la primera guardia de honor, cuyos costados se adornaron con coronas y enormes ramos de gladiolas blancas.

Al frente de la primera guardia luctuosa, que duró poco menos de un minuto, con la vista frente a la puerta principal del Palacio de Bellas Artes, donde se encontraban los manifestantes, quedó el titular del Ejecutivo federal, quien después de ofrecer sus condolencias a los familiares salió junto con su escolta personal por una de las puertas traseras del recinto cultural.


«Salvó el rostro de la ciudad»

Durante el homenaje de cuerpo presente, tras las breves palabras de la directora del INBA, el escritor Adolfo Castañón distinguió de la obra de Rossi «su asombrosa trilogía literaria, integrada por Manual del distraído, La fábula de las regiones y Edén. Vida imaginada, volúmenes que en conjunto reflejan la prosa narrativa y ensayística hispánica actual».

Asimismo, destacó entre otras cosas «su vocación crítica» y su gusto comprometido por la conversación, ya que con sus charlas «supo reanimar la pasión por las ideas».

Parafraseando a su «amado» Jorge Luis Borges, concluyó Castañón, «sabemos que Alejandro Rossi nos sueña y nos acompaña. Sólo se ha ido para hacernos adivinar mejor cómo sería el mundo sin esa conversación magnética, capaz de salvar el rostro de la ciudad con un par de frases inteligentes».

Narro Robles, tras comentar que para la UNAM «se trata de una pérdida enorme», destacó su labor como intelectual, investigador emérito y maestro universitario, «cuya capacidad reflexiva y literaria abrió espacios para entender mejor nuestro mundo, la sociedad y a todos y cada uno de nosotros. Lo recordaremos como el gran universitario que fue».

A la participación del rector de la UNAM le siguió la del titular de la SEP, Alonso Lujambio, quien destacó que Rossi «era una de las voces más rigurosas del pensamiento y la creación en Iberoamérica, entre otras cosas, por su uso del lenguaje». Fue entonces cuando sus comentarios se acompañaron, hasta el final de su intervención, por las cada vez más fuertes consignas del grupo, que se encontraba afuera del Palacio de Bellas Artes.

A Alejandro Rossi le sobreviven su esposa Olbeth Hansberg; sus hijos Luisa, Lorenza, Ingrid y Esteban, y sus nietos Pablo, David, Santiago, Sofía, Catalina, Julián y Andrea.

En charla aparte, Joaquín Díez-Canedo, director del FCE, comentó que «existen algunos artículos de filosofía del maestro Rossi, pero habrá que ver si con ellos se puede conformar un libro, pues él era muy exigente con su obra, y no es sencillo decidir la publicación de obras que no eligió en vida».

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