La escultura Trajano de Itálica, prestada por el Museo Arqueológico de Sevilla. (Foto: La Razón)C iudad Juárez, Chihuahua. 17 de abril de 2010. (RanchoNEWS).- Cuando las antiguas ciudades de Herculano y Pompeya surgieron de la tierra, en 1738 y 1748 respectivamente, los metros de cenizas y lava solidificada hicieron que se llevara a cabo una labor técnica sin precedentes. Con ella, acababa de nacer la arqueología moderna. Al frente, nuestro rey Carlos III, por aquel entonces conocido como Carlo VII, rey de Nápoles y Sicilia, que se convirtió en el precursor de la nueva ciencia y tuvo tal pasión por aquellos descubrimientos que ya en los reinos hispánicos asumió el mecenazgo de la arqueología. Un legado que continuaron sus descendientes Borbones con la creación de edictos y normas, la más importante de ellas una célula real de 1803 rubricada por Carlos IV. Desde Madrid informa Álvaro Anglada de La Razón.
Corona y arqueología en el siglo de las luces retrata de forma cronológica la historia de la arqueología española. La exposición, ideada por Patrimonio Nacional con la colaboración de la Real Academia de la Historia y el patrocinio de la Fundación Banco Santander, reúne por primera vez, a lo largo de once salas del Palacio Real, 180 tesoros entre pinturas, esculturas, monedas y documentos, todas procedentes de instituciones públicas y privadas españolas. Como tesoros de la colección, el público podrá admirar el estuco de Palenque, la espectacular estatua de Trajano de Itálica y los conjuntos escultóricos de Narciso y Policleto.
Los comisarios de la muestra, Martín Almagro y Jorge Maier, bromean al definir su trabajo como el de dos cónsules romanos, por haber tenido el mismo grado de decisión en la exposición. «Salió este tesoro sin buscarlo. Nunca se había puesto todo junto, y ha surgido una hermosísima escalera de color», explica Almagro, y añade: «Los reyes empezaron a recoger estos objetos por su valor como documentos del pasado, que atañían desde al rey hasta al último súbdito, otorgándole a esta labor una gran modernidad». Por su parte, Maier asegura: «La exposición busca la vertiente política de la arqueología en cuanto a que ésta es adaptada y promocionada por la Corona española. Labor que ayudó a la creación del neoclasicismo, de gran peso en nuestra cultura».
España se convirtió durante la Ilustración en una gran potencia civilizadora por la difusión que hizo de la cultura, como antaño lo había sido Roma. Fue Carlos III quien fundó en América la primera institución cultural del continente, la Academia de San Carlos en México, y también fue él quien impulsó los estudios sobre el pasado islámico de la Península Ibérica: «Desde España surgió una rama de la arqueología que estudió la cultura en América, así como la cultura islámica, copiando el ejemplo de Herculano y Pompeya», explica Almagro.
REGRESAR A LA REVISTA