lunes, septiembre 16, 2013

Crónica / Rubén Moreno Valenzuela: «Un viaje a las entrañas del antiguo Paso del Norte - Una visita al Puente de la 16 de Septiembre»

.
El Ing. Luis Ríos Martínez sostiene la bandera nacional bajo la luz del respirador ubicado frente a la Plaza de Armas, dentro del túnel en construcción de la calle 16 de Septiembre. A su izquierda don Antonio Ruiz Caballero, presidente de la Sociedad de Historiadores de Ciudad Juárez, tras ellos integrantes del equipo técnico de Ríos Martínez y miembros de la asociación citada. (Foto: RMV / RanchoNEWS)

C iudad Juárez, Chihuahua. 8 de septiembre de 2013. (RanchoNEWS).- «Deseo que las buenas vibras que han traído ustedes esta mañana se queden aquí para siempre», dice este domingo el Ing. Luis Ríos Martínez, director responsable de la obra.

Sonriente. Emocionado. Satisfecho.

Estamos dentro del Túnel de la calle 16 de Septiembre, cerca de seis metros debajo del respiradero que se encuentra contiguo a la Plaza de Armas.

Aquí ha concluido el primer recorrido que hace un grupo de ciudadanos juarenses a esta construcción que sin duda cambiará la fisonomía urbana, y posiblemente también la anímica, de esta frontera.

El grupo se trata de cerca de una docena de integrantes de la Sociedad de Historiadores de Ciudad Juárez A. C. (presididos por don Antonio Ruiz Caballero) e invitados, que después de las palabras del Ríos Martínez se organizan para tomarse una fotografía en las entrañas del antiguo Paso del Norte, con una bandera de México casi estrenada para la ocasión.

La obra es un puente a desnivel cubierto que comprende de la calle Lerdo a la calle Melchor Ocampo, un desarrollo de cerca de 750 metros cuadrados, 465 de ellos techados y que darán sustento al nombrado «Andador histórico de Ciudad Juárez».

El puente tiene un gálibo (altura) máximo de 6.40 metros y una anchura de 10.10 metros, para su elaboración se han empleado mil 450 pilotes, de un metro de espesor y de 20 a 16 metros de profundidad.

«Tal vez sea en este momento la obra con más pilotes en toda la república mexicana», comenta Ríos Martínez.

La obra pertenece a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), que la licitó a la compañía FAVMA. Tiene programado un presupuesto de 193 millones de pesos.

Emplea a más de 300 trabajadores que laboran en dos turnos. El primero comprende de las 4:00 horas a las 13:00 y el segundo de las 7:00 a las 23:00 horas.

Primero tuvieron que construir un acueducto para desviar el que atravesaba el área del túnel, después implantaron los mil 450 pilotes, luego procedieron a instalar el andador y, conforme han avanzando en su instalación, comenzaron las excavaciones a un ritmo de mil 500 metros cúbicos diarios.

La última fase será la elaboración de un cárcamo, con una capacidad de 40 metros cúbicos, para evitar la inundación del túnel.

Se tiene programado concluir el andador el próximo mes de octubre y el túnel para febrero de 2014.

Ríos Martínez, nativo de la Ciudad de México y con una larga estancia en Chihuahua, es egresado del Politécnico Nacional y fue formado en la Comisión Federal de Electricidad (CFE). En la actualidad reside en Ciudad Juárez y dirige su propia compañía, tiene un amplio currículum en el cual destaca la construcción de 40 puentes.

Hombre afable y sencillo, intenta explicar al grupo con la mayor claridad los pormenores técnicos de la construcción en un trayecto por la 16 de Septiembre iniciando en la Lerdo, luego una visita a los 30 metros cuadrados del puente de la Avenida Juárez, escala en la cafetería 656 para terminar con el ingreso al túnel por su lado poniente, en la calle Melchor Ocampo, por donde es extraída la tierra.

Válvula empleada en la construcción de la desviación del acueducto de la JMAS en la calle Vicente Guerrero a la altura de la Avenida Juárez. Imagen captada a principios del mes de julio pasado. (Foto: RMV / RanchoNEWS)

El acueducto

«La primera dificultad que resolvimos –explica Ríos Martínez– fue que en el lado sur de la calle 16 de Septiembre estaba un acueducto (de 4 pulgadas de diámetro), que surte el poniente de la ciudad, el cual tuvimos que desviar por la calle Lerdo, después por la Ignacio de la Peña, la Ferrocarril (Ave. Francisco Villa) y luego por toda la Vicente Guerrero y en la calle Melchor Ocampo cerramos el by pass y lo pusimos a funcionar», dice Ríos Martínez.

El acueducto, ya inaugurado, se hizo de 24 pulgadas de diámetro, esta obra también contempló la reubicación de las líneas de Teléfonos de México (Telmex), consideradas ambas como intalaciones inducidas dentro del contrato.

Ríos Martínez informó que durante los trabajos del acueducto se descubrió un cementerio contiguo a la Misión de Guadalupe en el que encontraron 36 esqueletos, que se supone que fueron indios mansos que probablemente fallecieron a causa de viruela.

Los esqueletos –entregados al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)– se caracterizan por su alta estatura, comparte Ríos Martínez.

También informó del hallazgo de una mujer momificada debajo del altar de la Misión de Guadalupe, que se calcula que data de 1590.

Estructura metálica de un pilote a punto de ser enterrado en la intersección de la calle 16 de Septiembre y Avenida Francisco Villa (Ferrocarril). Imagen tomada el pasado mes de julio. (Foto: RMV / RanchoNEWS)

Los pilotes

El Ing. Ríos Martínez declaró que para la construcción de este puente, fue necesario investigar los antecedentes históricos de la zona, dentro de los cuales está la remodelación de la Misión de Guadalupe, efectuada en 1968, que se recimentó con una estructura interna metálica.

En este tema resaltó que los muros de la Misión de Guadalupe fueron hechos de una sola pieza con adobe (como los de Paquimé) reforzado con paja vomitada o regurgitada, que les permitió tal cohesión que permanecieron intactos de 1659 a 1968, es decir, más de tres siglos.

En el mismo contexto expresó que en 1976 se reconstruyó y se recimentó con concreto la Catedral.

También reconoció al arquitecto Antonio Rivas Mercado como el gran precursor mexicano en el uso de pilotes, específicamente por su uso en el Ángel de la Independencia en la Ciudad de México, donde empleó mil de ellos elaborados con madera y concreto, y que hizo a partir de la observación de la mala experiencia de la compañía de Chicago que cimentó el Palacio de Bellas Artes.

«Después del acueducto pudimos hacer todos los pilotes y ahorita lo que estamos haciendo es toda la tapa de arriba», detalla Ríos Martínez.

Para instalar los mil 450 pilotes –colocados entre 16 y 20 metros de profundidad, con una separación de 15 centímetros– fue contratada la mejor compañía perforadora del país para que una máquina pudiera colocar el acero y concreto cemento tipo 2.

Los pilotes fueron diseñados para soportar una estructura de retención, es decir de carga de tierra, a diferencia de las estructuras de contención que son para carga de agua.

«En este caso los pilotes están calculados para aguantar todas las fuerzas que le manden los edificios circundantes», explica Ríos Martínez.

«Por eso es que no hay posibilidad de que se vaya a caer la Catedral u otro edificio... Comentarios que me producen lástima... Por supuesto que eso no puede suceder porque tenemos esos pilotes que están absorviendo toda la presión que nos ofrece la tierra porque una vez que se ponga el arco (que se puede percibir bajo el túnel), la carga se hará hacia los pilotes, ya que la forma de arco distribuye las cargas», añade.

También abundó en la importancia y relevancia del arco que históricamente fue empleado, con el mismo porpósito, tanto por la cultura romana como por la maya.

El Ing. Ríos Martínez señala hacia la estructura de la losa ubicada en la intersección de la calle 16 de Septiembre y Avenida Francisco Villa (la Ferrocarril), durante el recorrido. (Foto: RMV / RanchoNEWS)

El andador

«Entonces aquí tenemos un ancho de losa de 85 cm. y en el centro de 50 cm. es una súper losa, que bueno todavía no la hemos colado. Si ven el armado ustedes podrán decir que está exageradísimo», dice señalando a un segmento incompleto de la losa, en un momento del recorrido.

«Este tipo de estructuras es en forma de arco, descarga sobre unos cabezales, éstos vienen armados y distribuyen la carga que le manda este tipo de losas hacia los pilotes», reitera.

«Estamos colando nosotros a las cuatro de la mañana, es un turno de colado que termina como a las doce o una de la tarde. Es un tipo de concreto cuyo tope de temperatura debe tener 32 grados centígrados a la hora de su mezcla, entonces con el calor nos lo puede echar a perder, así que lo colamos a las cuatro de la madrugada y controlamos la temperatura, de tal manera que nuestro concretro cumpla la especificación y nos va a cumplir con la resistencia mecánica que nos pide el proyecto», explica.

Después señaló que la última parte de la colocación de la losa corresponderá a las vías del ferrocarril, que serán desprendidas para ensamblar bajo ellas trabes (vigas) que sostengan su peso.

Compartió después que el andador ha sido diseñado para soportar el peso de grúas o máquinas de bomberos. También informó que al norte de la acera de la 16 de Septiembre estará dispuesto un camino lateral de servicio, por donde podrá circular un vehículo, aunque reconoce «no se sabe el último uso que se le dé que pudiera ser de pasaje, de uso diario».

Cuando caminamos frente al ahora denominado Museo de la Revolución en la Frontera (MUREF) y todavía mejor conocido para los fronterizos como edificio de la Ex Aduana, el Ríos Martínez señaló al piso y dijo que aquí «habrá unas cajas de iluminación tipo led, de tal manera de todo esto va a estar iluminado en la noche y va a ser de color blanco y verde cada dos metros», sobre un piso rojo; donde también habrá arbotantes y bancas y jardineras alrededor de los respiradores.

Cuando llegamos al edificio de la antigua presidencia nos indica que respetaron la pendiente de sur a norte, que históricamente ha estado allí desde el tiempo que el Río Bravo era bravo.

Nos contó entonces que él trabajó en la construcción de la Macro Plaza de Monterrey, donde laboró en la extracción de los cables de alta tensión. Recordó que los comerciantes protestaron entonces por la obra que ahora es considerada la mejor plaza de latinoamérica; y que invitó a sus colegas de aquel proyecto para que conociesen éste y algunos de ellos les respondieron que el centro de Juárez está lleno de limosneros

«Pues ahora será el paraíso de los limosneros», les contestó.

Uno de los asistentes al recorrido observa hacia el sitio donde se construirá el cárcamo de bombeo, frente a la acera norponiente del crucero de la 16 de Septiembre y Avenida Francisco Villa (la Ferrocarril). (Foto: RMV / RanchoNEWS)

El cárcamo

«Ahí va estar el cárcamo», dice Ríos Martínez y señala hacia la esquina norponiente del crucero de la calle 16 de Septiembre y Avenida Francisco Villa (la Ferrocarril).

«En ese lugar hay un cuadro que foman cuatro pilotes de 20 metros de profundidad y un metro de espesor, estos pilotes albergan un cárcamo con dos estanques o recipientes, cada uno de veinte metros cúbicos», dice el ingeniero.

«El tanque primero está más arriba y el otro más abajo, de tal manera que los sólidos se decantan hacia el tanque de abajo de 20 metros cúbicos y tienen tres bombas de sólidos bastante grandes que son accionadas de dos maneras, con corriente alterna de la CFE, y en caso de que se suspenda la energía va a tener una planta de energía eléctrica de funcionamiento automático de emergencia, que a la hora que no está recibiendo la corriente del exterior, tiene un tablero que la hace accionar; esta planta no es algo nuevo, todas las plantas como ésta que existen en las subestaciones de la CFE en el estado de Chihuahua las he instalado yo, son indispensables para la hora que haya una falla porque tiene que haber energía eléctrica en la subestación para poder llevar a cabo la reparación», añade.

«Es lo mismito que se está haciendo aquí se va a poner una planta de emergencia, se van a poner tres plantas con tal capacidad que en cinco minutos van a sacar todo el agua que caiga en esos recipientes, se llama cárcamo de bombeo», agrega.

«Se va evitar que el túnel, en caso de una tromba, se nos inunde. El agua se va a decantar a la Acequia del Pueblo, históricamente, la Acequia del Pueblo fue una de las primeras que hubo en Ciudad Juárez. Era una acequia de riego con dos niveles, uno hacia el Río Bravo y el otro se iba a donde estaba la whiskera, por ahí en la calle Sanders y ahí tiraba el agua, ahora ya se canalizó hasta un dren que se llama el dren 2A, ahí se va a ir esta agua que saquemos de aquí», informa.

«Alguna gente dice que el túnel se va a inundar, como en el paso a desnivel de la Insurgentes... pero ya estamos en el Siglo XXI, somos diferentes ingenieros, diferentes técnicos y diferentes mentalidades», dice.

«La única posibilidad que existe que algo ocurra es si no se le da mantenimiento, nosotros al entregar la obra vamos a dar un año de garantía, se entrega la obra al SCT y a la vez ésta la entrega al municipio, que será quién le dé mantenimiento en forma mensual», advierte.

Aspecto de la visita al interior del túnel. (Foto: RMV / RanchoNEWS)

El túnel

En el recorrido, Ríos Martínez aclaró que su contrato no incluye un puente peatonal para librar el paso del tren, que ese puente le corresponde construirlo al Municipio de Juárez.

Antes de ingresar al túnel de la 16 de Septiembre, acudimos a la entrada del túnel de la Avenida Juárez.

«Aquí el terreno nos salió un poco arenoso, históricamente el Río Bravo tuvo depósitos de arena, entonces al hacer el barreno para colocar el pilote, nos encontramos la arena y no nos quedó otra que colar y el concreto se salió, por eso las pilas no quedaron tan cilíndricas como deseábamos, así que trajimos una cegueta diamantada, se llama hilo diamantado, que corta el concreto como si fuera jamón y ahí lo está cortando para poner los muros de acompañamiento», explicó.

«¿Y en caso de incendio?», pregunto conforme vamos entrando al túnel principal de la 16 de Septiembre.

«Habrá 8 dispositivos en contra de incendio repartidos a lo largo del túnel», me responde uno de los ingenieros asitentes de Ríos Martínez.

Después de haber vivido la mayor parte de mi vida en esta ciudad, de la cual soy nativo, nunca imaginé un día encontrarme a 6 metros bajo tierra, entre la Plaza de Armas y el ex cine Plaza.

Me siento como si hubiera entrado al corazón de Ciudad Juárez.

Impresiona la magnitud de la obra y el profesionalismo de sus constructores; me inspiran confianza y animan mi esperanza que algún día se resuelvan las grandes carencias y defectos urbanos que padecemos, como el Paso a desnivel de la Insurgentes, y un larguísimo etcétera.

¿Por qué hasta ahorita? Es inevitable que me haga esa pregunta y tal vez el Ing. Luis Ríos Martínez me haya respondido cuando, durante el recorrido, me comentó:

«Somos una nación joven, todavía».

GALERÍA
Fotos: Rubén Moreno Valenzuela

Imágenes del mes de julio


Armado de pilotes sobre la 16 de Septiembre antes del cruce con la Avenida Francisco Villa (la Ferrocarril).


Máquina instalando uno de los mil 450 pilotes en la intersección de la 16 de Septiembre y Avenida Francisco Villa (la Ferrocarril).


Estructura de la losa en la 16 de Septiembre antes de llegar a la Avenida Juárez.


Máquina trabajando en la construcción del Puente de la 16 de Septiembre, a la altura de la Avenida Juárez, con un toldo muy nacional.


Inicio de la excavación del puente. Toma desde la calle Melchor Ocampo.


Camiones de carga extrayendo tierra del interior del puente.

El recorrido



Sección de los rieles del ferrocarril que serán extraídos para colocar trabes debajo que soporten su peso.


El Ing. Ríos Martínez señala hacia el camino lateral de servicio.



Vista del «Andador histórico de Ciudad Juárez».


Escena del recorrido. De iz. a der.: Ing. Ríos Martínez, Sr. Ruiz Caballero, maestra Zavala Navarro e integrante de la asociación de historiadores.


El Ing. Ríos Martínez se aproxima al puente de la Avenida Juárez.


El Ing, Ríos Martínez explica los detalles de la construcción del puente de la Avenida Juárez.



Entrada al puente de la Avenida Juárez.


Vista de pilotes y muro de acompañamiento del Puente de la Avenida Juárez.


El Ing. Ríos Martínez explica el funcionamiento del hilo diamantado.


Ejemplo de cortes realizados con hilo diamantado.






Salida del Puente de la Avenida Juárez. 




Fachada del café 656 donde el Ing Ríos Martínez compartió parte de su exposición. 



Uno de los planos de la construcción. 


Arco maya. 


Aspecto de la charla del Ing. Ríos Martínez en el café 656. 


Imagen de la Catedral de Ciudad Juárez antes de su restauración. 


Imagen de la mujer momificada que se encuentra bajo el altar de la Misión de Guadalupe. 



Fotos de la reconstrucción de la Misión de Guadalupe de 1968.


Proyección arquitectónica del «Andador histórico de Ciudad Juárez».


Aspecto de un respirador inconcluso.


La Catedral vista desde el andador casi a la altura del Café Central.



Miembros del grupo observan otro respiradero en construcción.


El Ing. Ríos Martínez y el señor Ruiz Caballero se dirigen a la entrada del puente.


Momento previo a la entrada al puente en la calle Melchor Ocampo. (Foto: Archivo)


El grupo comienza a entrar al puente.


Dentro del puente.


Aspecto del techo del puente.


Un camarógrafo se acerca al primer respiradero.


Aspecto del túnel bajo el primer respiradero.


El Ing. Ríos Martínez, al centro, con dos integrantes de la comitiva de visitantes.


Acercamiento al orificio del primer respiradero.


Visitantes inspeccionan el túnel. 



El Ing. Luis Ríos Martínez sostiene la bandera nacional bajo la luz del respirador ubicado frente a la Plaza de Armas. A su izquierda don Antonio Ruiz Caballero, presidente de la Sociedad de Historiadores de Ciudad Juárez, tras ellos integrantes del equipo técnico del Ing. Ríos Martínez y así como miembros de la asociación citada.


En el grupo de la fotografía.


Los visitantes se diponen a salir.


La salida. 



Un último vistazo al interior del puente.


REGRESAR A LA REVISTA

Servicio de Suscripción
* requerido
*






Email Marketing by VerticalResponse