C iudad Juárez, Chihuahua. 28 de abril de 2014. (RanchoNEWS).- Acabo de participar en un taller literario en Ciudad Juárez.
Muy buen nivel: poemas intensos, sólidos, muy bien escritos. La sala se quedaba en silencio mientras los escritores analizaban, sustituían unas palabras por otras, contaban sílabas, detectaban acentos.
Me conmovió presenciar las sesiones porque Ciudad Juárez quedó devastada por la violencia durante los últimos años, y verdaderamente estigmatizada por la terrible tragedia de los feminicidios. Recuerdo, hace unos tres o cuatro años, una caminata por una de las principales avenidas de la ciudad, entre restoranes incendiados y locales desiertos, oyendo todavía a la distancia las sirenas de las ambulancias y las patrullas.
En el amor al lenguaje, que es, antes que nada, puente, estos jóvenes poetas demuestran que, desde una situación verdaderamente difícil, de postguerra, lo humano finalmente logra volver a abrirse camino entre la abyección y el desastre.
Mi reconocimiento a Micaela Solís, una de las escritoras más importantes del estado, y al Maestro Ramón Chavira –ambos de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez–, por mantener vigente, y en donde más se le necesita, el espíritu de las letras y el humanismo.
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