jueves, junio 16, 2016

Artes Plásticas / México: Lo que no deberíamos dejar de ver de Anish Kapoor en el MUAC

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Imagen de la exposición Anish Kapoor. Arqueología : Biología (2016). (Foto: Cortesía MUAC)

C iudad Juárez, Chihuahua. 7 de junio de 2016. (RanchoNEWS).-Revista Código publica el texto de Brenda Caro Cocotle licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas, maestra en Museos y doctora en Museum Studies por la Universidad de Leicester,  sobre la exposición Anish Kapoor en el MUAC .

No resulta sencillo escribir sobre la exposición de Anish Kapoor cuando la discusión se inicia desde posturas polarizadas. A la muestra se le acusa de ser un blockbuster. Pero la cuestión no es si esta afirmación es cierta, sino por qué un museo universitario público estaría interesado en generar una exhibición eligiendo un artista popular, haciendo una estrategia comunicacional para atraer más visitas y persuadiendo al público para compartir «su experiencia» a través de redes sociales.

Se puede argumentar que esta estrategia tiene como propósito obtener recursos adicionales y visibilidad en el circuito internacional del arte, para financiar exposiciones experimentales de artistas emergentes y proyectos de investigación de largo aliento. Sin embargo, es contradictorio que esta apuesta implique mermar presupuestos a las iniciativas que la estrategia beneficiará supuestamente.

¿Qué modelo de gestión se legitima? Si se privilegia el del «El gran museo contemporáneo» hay que recordar dos cosas: su carácter no gubernamental y empresarial, y la identidad que tienen los museos universitarios en México.

El papel de las universidades respecto a la difusión y el acceso al arte y la cultura está estipulada en una enmienda constitucional al artículo 3, en 1978. (Concretamente lo que se reconoció fue el modelo universitario de la UNAM, que hizo de los museos una figura estratégica para cumplir con su responsabilidad de difusión cultural.) ¿Cuáles son las posibles implicaciones de que el MUAC privilegie un perfil más cercano a la industria cultural?

Puede pensarse que el museo eligió a Kapoor por considerar que sus piezas son más accesibles para el público. Y desde el punto de vista curatorial, se aprecia una exposición plana, con un montaje sencillo que respeta las obras y destaca sus principales fortalezas: forma y volumen. La audiencia no se siente intimidada por el discurso.

No es que una propuesta curatorial deba ser complicada, o que el goce estético no propicie estímulos intelectuales, tampoco que un museo universitario deba ser una espacio con una programación cerrada a su propia pretensión intelectual. Sin embargo, si los criterios para programar una exposición son la facilidad, entonces se refuerza la idea de que el gran público tiene menor rigor intelectual, una frase que contradice los supuestos de una museología crítica que considera al visitante como un sujeto reflexivo.

Por ello resulta incomprensible la insistencia del MUAC por señalar que el propósito de esta exposición es el conocimiento. ¿No sería mejor aceptar que el objetivo es tener una muestra que cause un efecto similar al de Yayoi Kusama en el Tamayo? Un poco de honestidad en tiempos de cinismo es necesaria.


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