lunes, septiembre 05, 2016

Fotografía / México: Graciela Iturbide visitó Juchitán

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«Juchitán es mi Juchitán, del cual me siento encantada», expresó la fotógrafa. (Foto: Diana Manzo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 5 de septiembre de 2016. (RanchoNEWS).- Graciela Iturbide asistió a la Casa el Ocote, en Juchitán, espacio independiente que fundó el suizo Heinz Schaub, para compartir su placer y pasión, la fotografía, aunque también tuvo tiempo para criticar la situación social que se vive en México, la cual, dijo, es imposible de retratar, «porque tendría que agarrar los pinceles y convertirme en pintora para dibujar rostros de angustia y desesperación». Diana Manzo reporta desde Juchitán, Oaxaca para La Jornada.

Graciela, de 74 años, no había pisado territorio juchiteco desde 1986; sin embargo, aceptó gustosa la invitación del Colectivo Bicu Yuba’, que integran Michell Pineda, Geovani Miguel y Rodrigo Vásquez, para compartir su experiencia de fotógrafa, así como de Juchitán y sus mujeres.

La poeta zapoteca Irma Pineda y el fotógrafo istmeño Nelson Morales la acompañaron durante una charla con jóvenes, fotógrafos y seguidores de su trabajo, y compartió su «terapia», como llama a esta disciplina, el arte de la lente.

Llegó hace dos días a la tierra de su amigo, el pintor Francisco Toledo, y de inmediato comenzó a recorrerla. Ha visitado algunas casas cuyos pisos ya no son de tierra, sino de concreto, además de saber que algunas de sus amigas del mercado público, a las que visitaba diariamente, han muerto, mientras otras siguen en la lucha social.

La fotógrafa aseguró que la violencia que vive este país «es horrible» y que sólo la sociedad civil lo podrá cambiar su realidad.

Sin apartarse de su cigarrillo, el cual fumó para mitigar el calor, la fotógrafa expresó que la pasada visita a México de Donald Trump, candidato a la presidencia de Estados Unidos «significa una humillación, y provoca indignación y horror.

«El actual gobierno nos está haciendo mucho mal como sociedad. Enrique Peña Nieto parece un títere de no se quién, pero no es posible que haya recibido a Trump, no es concebible todo lo que hace, como actúa; es una vergüenza que sea nuestro presidente».

Iturbide habló sobre el valor del retrato que hizo a Na Sobeida, la «medusa juchiteca», como también se le conoce, vendedora de iguanas que las cargaba en la cabeza. Contó cómo fue encontrarse con ella en el mercado público de Juchitán, en una de sus tantas visitas a esta tierra, donde también retrató la lucha de la Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo.

Graciela Iturbide compartió que ha trabajado también con los migrantes, ya que ha visitado la casa que fundó en Ciudad Ixtepec el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, a quien describió como «ser maravilloso, porque es el único que ha visto por ellos, al contrario del gobierno mexicano, con su política migratoria que utiliza las balas para desterrarlos en vez de darles cobijo», lamentó.

Discípula de Manuel Álvarez Bravo, fotógrafo reconocido a escala mundial, recordó que la fotografía es estar atento a lo que los ojos miran y a lo que los libros enseñen, porque «la cámara fotográfica ha sido mi protectora y con ella he visto la vida diferente.

«Las artes, la música, la literatura, la pintura, la escultura, todas aportan algo. El fotógrafo debe conocer el lugar al que va, tener esa sensibilidad de compartir lo que desee, porque la foto es subjetiva. Por ejemplo, de Juchitán yo digo que es mi Juchitán, del cual me siento encantada», recalcó.

Los halagos y las ganas de tener un recuerdo con una de las mejores fotógrafas mexicanas e ícono importante de esta tierra zapoteca complementaron la visita de Graciela Iturbide. Con gran sensibilidad y una amplia sonrisa se tomó decenas de imágenes y compartió autógrafos con amigas de antaño con las que de nueva cuenta tuvo contacto.

El próximo 14 de septiembre presentará su exposición más reciente sobre el rock en el Tianguis Cultural del Chopo, en la Ciudad de México.


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