miércoles, abril 05, 2017

Cine / España: El documental «I Am Not Your Negro» de Raoul Peck

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James Baldwin Robert Frank
Retrato del escritor James Baldwin en 1963. (Foto: Robert Frank)

C iudad Juárez, Chihuahua. 5 de abril de 2017. (RanchoNEWS).-El improbable éxito de James Baldwin (Nueva York, 1924-Saint Paul de Vence, Francia, 1987) en el cine ha llegado 30 años después de su muerte, de la mano del director haitiano Raoul Peck. Noche tras noche se agotaban las entradas en los cines de Nueva York el pasado febrero, y al aplauso unánime de la crítica se sumaba la ovación del público al final de la proyección de I Am Not Your Negro, el filme que en aquellos días partía como favorito en la carrera a los Oscar como mejor documental, y que esta semana llegará a las pantallas españolas. El legendario poeta, crítico, novelista, lúcido ensayista y confeso cinéfilo ha saldado póstumamente una deuda pendiente con la gran pantalla desde que trabajó a finales de los sesenta en un guion del que acabaron apartándole. Andrea Aguilar escribe para El País.

Baldwin golpeó en la conciencia estadounidense durante tres décadas y expuso la herida racial con una lucidez apabullante. Criado en las calles de Harlem, su padrastro fue predicador y él mismo en la adolescencia siguió ese camino («aquella fue la época más terrible de mi vida, y por cierto la más deshonesta, y la histeria que me producía dotó durante algún tiempo a mis sermones de profunda pasión», escribió en La próxima vez el fuego), antes de volcarse en la literatura y escapar a París a los 24 años con muy pocos dólares en el bolsillo, pero convencido de que allí no le esperaba un destino peor que el de ser negro en Estados Unidos.

En sus novelas y ensayos Baldwin habla de la realidad urbana, la brutalidad policial, el mal sistémico que lacera no solo el segregado sur estadounidense, también el norte, las avenidas de las ciudades. Sus palabras recogidas en I Am Not Your Negro («mis compatriotas eran el enemigo»; «la historia de los negros en América es la historia de América, y no es una historia bonita»; «esta no es la tierra de la libertad, es el hogar de los valientes») delatan la relevancia de su análisis certero, transmiten una verdad inquietante y próxima, un eco que Peck ha sabido modular.

En 1979, Baldwin decidió escribir un libro sobre tres líderes afroamericanos que conoció y que murieron acribillados: Martin Luther King en 1968, Malcolm X en 1965 y Medgar Evers en 1963. El manuscrito inacabado de Remember this House (recuerda esta casa) y las cartas que envió a su editor hablándole del proyecto son el eje central del documental de Peck.

I Am Not Your Negro no incluye ninguna frase que no sea de Baldwin; él figura como único guionista en los títulos de crédito. Hay fragmentos de otros dos ensayos suyos, No Name on the Street (sin nombre en la calle) y The Devil Finds Work (el diablo encuentra trabajo), y las imágenes mezclan abundante material de archivo —incluidas varias entrevistas y debates con el escritor— y metraje reciente de las protestas tras la muerte de jóvenes afroamericanos en Ferguson y Baltimore o de la toma de posesión del presidente Obama en 2009.

El potente guion póstumo de Baldwin ha sido publicado por el sello Vintage International en Estados Unidos, y su figura ha recuperado un papel central en la turbulenta era Trump. «Hay un elemento profético y moral en su escritura que ha sido redescubierto por un público joven», explica al teléfono el crítico y escritor Adam Shatz. «Su prosa tiene la cadencia de los sermones, mezclada con Henry James y con el blues, un elemento sagrado en la retórica negra. Baldwin insistió en que el problema de los negros era un problema de los blancos, y ahí está el auge actual de la supremacía blanca». No fue un líder de los derechos civiles, pero sí un excepcional portavoz de aquella causa, un intelectual comprometido y carismático, amigo de Nina Simone y Miles Davis. «No le gustaba a todo el mundo, Baldwin era una persona poco corriente, exiliado, negro, escritor, gay, pero supo convertir el yo en nosotros. Capturó el drama de Estados Unidos y lo que estaba en juego», señala Shatz, y añade que en su figura confluye una doble lucha racial y sexual, varias identidades, esa interseccionalidad que ahora se estudia en la academia estadounidense.

Está por ver si también aquí llegará la hora de Baldwin. Publicado en los setenta y ochenta en español, su obra se encuentra hoy prácticamente descatalogada. «Lo que define EE. UU. es la negritud, pero aquí suena muy lejano», opina la impulsora del sello BAAM (Biblioteca Afro Americana Madrid), Mireia Sentís. Mientras tanto, quedan las palabras de Baldwin: «Yo no soy un nigger, soy un hombre. Si tú piensas que soy un nigger es que necesitas creerlo así, y tendrás que averiguar por qué».


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