jueves, agosto 02, 2018

Textos / «Cómo conocí a Elvira Ríos» por Agustín Lara

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Elvira Ríos. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 2 de agosto de 2018. (RanchoNEWS).- Aveces el recuerdo es un lápiz que escribe por sí solo, trazos sin sentido, en la página borrosa del tiempo. Cuando abrimos los ojos para seguir sus giros, la mirada se vuelve llama cuando vemos que dibuja tembloroso, la historia vulgar de nuestras vidas. Vivir de los recuerdos, es vivir melancólicamente, en una especie de muerte resucitada. Es evocar colores ya difusos, olores ya dispersos, senderos que se han vuelto camino vulgar y trillado y músicas definitivamente fundidas en el polvo.

Sobre todo… ¡cuando se recuerda la juventud! La bella época en que la sangre se agolpaba en las sienes y en el corazón, buscando salida en una canción o en un amor. Cuando el tiempo era una fina madeja de oro para entretejer sueños. Cuando la mirada era vivaz, el puño diestro, el paso ágil, el dicterio sagaz y certero, la risa pronta y el sabor de las lágrimas ajeno. ¡Cuánto nos duele atestiguar, ahora, que el tiempo sí es algo que pasa y que nosotros pasamos con él, en marcha lenta o vertiginosa hacia nuestra propia aniquilación!.

Texto publicado el 28 de marzo de 1956, en la revista Siempre! Número 144



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