martes, enero 20, 2009

Teatro / México: Pequeñas certezas o de la nueva comedia mexicana

.
Momento de la representación en el Teatro Rascón Banda. (Foto: RMV / RanchoNEWS)

C iudad Juárez, Chihuahua. Sábado 15 de noviembre de 2008. (Rubén Moreno Valenzuela / RanchoNEWS).- «Pequeñas certezas», de Bárbara Colio (Mexicali, Baja California), es una comedia mexicana moderna e inteligente que la directora Claudia Ríos de la Ciudad de México presentó –con un muy buen conjunto de actores– en el Teatro Víctor Hugo Rascón Banda para clausurar la XXIX Muestra Nacional de Teatro.

La obra sucede entre México y Tijuana. Mario es un hombre que viaja constantemente entre ambas ciudades. En México, conoce a Natalia (Pilar Padilla) con la cual inicia una relación amorosa y con la que planea irse de viaje a un lugar lejano donde podrán empezar una nueva vida. En la víspera, Mario regresa a Tijuana donde su hermano, Juan (Antón Araiza) lo descubre en un fraude y lo enfrenta. Discuten. Mario sale de casa y es la última vez que se le ve. Desaparece.

Desde México, Natalia intenta saber que pasó con Mario, al menos conseguir una fotografía de él. Seguida por su Madre (Angélica Peláez) y de su amiga Olga (Amanda Farah), emprende un viaje a Tijuana con el propósito de saber el paradero de Mario, el padre del hijo que espera. En Tijuana, los hermanos de Mario: Juan y Sofía (Gabriela Pérez Negrete) se sienten amenazados por la presencia de Natalia, y el enfrentamiento entre las familias del centro y norte estalla. Mario aparece muerto. Entre el dolor que los rodea, la Madre hornea un pastel de chocolate, para restaurar la cotidianeidad como fórmula para apacentar el dolor de los demás.

La comedia está muy bien escrita. De hecho esta pieza obtuvo el Premio Internacional María Teresa León para Autoras Dramáticas 2004 en Madrid, España. Bárbara Colio es ya una importante dramaturga mexicana

Ella inició su trabajo teatral en 1988 como actriz y es hasta 1997 que se dedica a la dramaturgia. Diplomada por el Centro de Artes Escénicas del Noroeste en Tijuana B.C. y por la Escuela de Letras de Madrid, en España. Es invitada a Royal Court Theatre International Residency for Emerging Playwrights, en Londres, Inglaterra, siendo así la primera dramaturga mexicana en participar en tan prestigioso programa europeo.

Como becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes de México 2000, escribe La Habitación, misma que obtiene el Premio Estatal de Literatura de Baja California 2002. En el 2003 es escritora residente del Writers Room de Nueva York.

Pilar Padilla y Amanda Farah en escena. (Foto: Archivo)

La representación dirigida por Claudia Ríos se apoyó –además de la labor actoral, donde sobresale doña Angélica Peláez– en una buena escenografía, iluminación y banda sonora. Quizá el único elemento ausente, que hubiera enriquecido la propuesta, fue explotar escénicamente el tema de la fotografía marcadamente presente en la obra de Colio.

En cuanto al resultado, la apuesta estética de la dramaturga es sumamente temeraria: «Un teatro que no le da la razón a nadie, ni concluye en solución alguna. Un teatro que sólo desea existir en el momento mismo de su entrega y luego desvanecerse, en el que lo recibe».

Un teatro, entendemos, que depende entonces en la inteligencia del espectador.

Y concluimos con las palabras de uno de sus personajes:

Madre: Tranquila, hija, tranquila. Necesitábamos un muerto y ya lo tenemos. Este funeral nos va a sentar muy bien a todos. Muy bien.


REGRESAR A LA REVISTA