El escritor mira la exposición en la Dirección de Estudios Históricos (Foto: Raul Estrella)C iudad Juárez, Chihuahua. 20 de marzo de 2013. (RanchoNEWS).- El repaso histórico, social, político y cultural que el escritor José Emilio Pacheco hizo del México decimonónico fue tan amplio y tan diverso que arrancó en Francia con el ansia de poder de Napoleón Bonaparte y concluyó en un México invadido por Estados Unidos. Una nota de Yanet Aguilar para El Universal:
En la conferencia magistral, el también narrador, poeta, traductor y ensayista mexicano, a invitación de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, como parte del diplomado «México decimonónico», repasó la historia de nuestro país durante todo el siglo XIX sin perder de vista el contexto internacional ni la luchas internas en un país que buscaba su independencia.
Ante investigadores e historiadores, Pacheco dio cuenta de lo que pasaba en Francia con Napoleón Bonaparte, en España con Fernando VII para situar la encrucijada en la que se encontraba México; el surgimiento de la primera guerrilla encabezada por Miguel Hidalgo, el arribo al poder de Agustín de Iturbide y Antonio de Santa Anna; la búsqueda de identidad de criollos y mestizos.
Puntual y cronológico en su repaso histórico, el autor de libros como Batallas en el desierto y Morirás lejos, emparentó la derrota de Napoleón Bonaparte ante los rusos con la caída de Hitler frente a ese mismo pueblo; mientras en México se gestaba una lucha armada por la independencia de la Nueva España.
Al tiempo en que Pacheco señalaba el momento en que «Napoleón regresa a Francia y asume el poder absoluto», en España Manuel Godoy arrastra a la Península Ibérica a la aventura napoleónica.
Aunque su conferencia fue rica en datos históricos y en acontecimientos fundamentales para la historia de México durante el siglo XIX, Pacheco abordó el tema de la literatura, se refirió a la primera novela mexicana, El periquillo Sarniento, de José Fernández de Lizardi, y también a las novelas de la Independencia, de Juan N. Mateos; y señaló que la poesía en esa época era fundamental. «La poesía desempeñaba una gran función social, pero no por los libros, encontré por ejemplo que las prosas profanas de Darío no tenían un tiraje mayor a 500 ejemplares, entonces la poesía se difundía por otros medios, por la declamación, que era una forma de enseñar a hablar y a pronunciar bien el idioma, la poesía se difundía en las escuelas y periódicos».
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