Rancho Las Voces: Textos / «Elemental, mi querido Connery» por Luis Tovar
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domingo, noviembre 15, 2020

Textos / «Elemental, mi querido Connery» por Luis Tovar


Fotograma de El nombre de la rosa. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 15 de noviembre de 2020. (RanchoNEWS).- «Así es como quiero y como, de hecho, más me sucede recordarte: saliendo de la biblioteca en llamas de aquel monasterio, afligido, extenuado, cubierto de hollín pero victorioso y en el fondo feliz porque pudiste rescatar de ese holocausto de papel algo del conocimiento humano. Me da por imaginar que, si algo similar sucediera con la filmografía mundial, con toda seguridad habría un Baskerville/Connery desesperado y haciendo cuanto pudiera por evitar la extinción total; me gusta imaginar que la suerte es generosa y una de las cintas que se salvan es, precisamente, El nombre de la rosa. Elemental.»

En caso de que hubieses podido leer estas líneas –algo extremadamente improbable, aun si todavía estuvieras en el mundo de los vivos–, no sería extraño que levantases una ceja, en ese gesto tan tuyo, al descubrir el tuteo que estoy empleando para dirigirme a ti. Me lo permito porque, luego de rememorar tu filmografía, releer tu autobiografía y echar un ojo a la enorme cantidad de textos publicados en todo el mundo a raíz de tu muerte, llegué a la conclusión de que, sin importar los muy numerosos títulos que fuiste acumulando –algunos tan peregrinos como «el escocés vivo más importante» o «el jubilado más sexy del mundo», pero también el de sir que te dio la corona británica–, lo más agradable para ti debía ser que te llamaran sencillamente por tu segundo nombre: Sean, o puede que el primero, Thomas, del cual por cierto te desacostumbraste siendo muy joven. Por supuesto, como podrás imaginar lo digo también porque, a partir de 1962, aunque el mundo te supiera Connery prefirió pensarte como Bond, James Bond… Así las cosas, espero no ser descortés con el tuteo y al llamarte, un poco al estilo escocés, no por tu nombre de pila sino por tu apellido.

El texto de Luis Tovar es publicado por el suplemento Semanal de La Jornada