C iudad Juárez, Chihuahua. 20 de noviembre de 2020. (RanchoNEWS).- La vida no era fácil para Iggy Pop entre los años 1974 y 1975. La grabación de Raw Power, un álbum gestionado por David Bowie después de que ambos cantantes se conocieran en 1971, fue especialmente complicada. Iggy y el guitarrista James Williamson habían viajado a Inglaterra para componer y grabar, pero todos los músicos puestos a su disposición no lograron sonar como ellos esperaban. Así, a la hora de armar una sección rítmica adecuada, no hubo más remedio que acudir a los hermanos Ron y Scott Asheton, que habían integrado junto con Iggy y el bajista Dave Alexander a los míticos Stooges, la primera gran banda de Iggy. Pero a Ron Asheton nunca le gustó que lo ficharan como bajista y sus tensiones con Williamson fueron legendarias; sin embargo, en algún momento las canciones aparecieron y fueron registradas.
PARECÍA QUE TODO EMPEZABA a encauzarse. Por fin se vislumbraba con esperanzas el tan ansiado éxito comercial que discos como The Stooges (1969) y el asombroso Fun House (1970), absolutamente clásicos e indispensables en la educación sentimental de cualquier interesado en el rock, no habían llegado siquiera a arañar. Pero todo volvió a desmoronarse una vez más: tanto Iggy como Williamson arruinaron toda posibilidad de producir una mezcla viable del álbum, llegando a usar apenas tres pistas de las veinticuatro disponibles para comprimir instrumentos, voces y arreglos agregados en una suerte de sopa sónica virtualmente insalvable. Bowie, que en ese entonces era el principal promotor y defensor de Iggy ante la discográfica y la productora Main Man, y quien además corría con los gastos del álbum, fue convocado en calidad de mezclador para ver qué podía rescatarse de los restos del naufragio.
El texto de Ramiro Sanchiz es publicado por el suplemento El Cultural de La Razón