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miércoles, junio 04, 2014

Libros / México: «El Registro de los 300», una edición limitada sobre el jet set de mediados del siglo pasado

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Una de las fotos contenidas en el libro. (Foto: El Universal)

C iudad Juárez, Chihuahua. 31 de mayo de 2014. (RanchoNEWS).- Piadosas y modernas, cultas y conservadoras, siempre distinguidas y algunas destacadas deportistas o filántropas. Éstas son algunas de las características de las mujeres de la alta sociedad mexicana que durante los años de la presidencia de Miguel Alemán posaron para una publicación poco común, pero que hoy expone las características de un segmento relevante de la población de la ciudad de México, escribe Gerardo Martínez para El Universal de la Ciudad de México.

Con El Registro de los 300, un título de tiraje limitado, en papel de importación y acabados de terciopelo rojo, se cuenta con uno de los catálogos más completos del jet set mexicano en el siglo XX.

En este amplio y minucioso listado se cruzan las genealogías de los principales líderes empresariales, políticos, militares e intelectuales del país.

Arrigunaga, Arbide Bolaños, Iñárritu, Lascuráin, Braniff, Zuckerman, de Martino, Icazbalceta, Azcárraga y Ayub, entre otros, son algunos de los apellidos que seleccionó para esta publicación el «Duque de Otranto», pseudónimo de Carlos González López Negrete, quien fue un cronista de sociales y personaje excéntrico con derecho de picaporte en residencias de las familias más distinguidas del país y cuyo apodo hace referencia al verdadero Duque de Otranto –Joseph Fouché (1759-1820)–, un intrigante político francés que mandó a la guillotina al líder jacobino Maximilien Robespierre y a otros tantos.

Los nombres en el libro aparecen en orden alfabético con ilustraciones en colores pastel, acuarela o fotografías de estudio, todas ellas a color sepia, pero con soporte en papel Cameo y Ambassador, de escasa importación en los años 50.

En el libro, resguardado en la biblioteca personal de Carlos Monsiváis en La Ciudadela La Ciudad de los Libros, aparecen jefas de familias residentes en las Lomas de Chapultepec –entonces Chapultepec Hights–, Polanco, Lindavista, Pedregal, entre otros centros residenciales, que fueron descritas con pompa y una pulida prosa para destacar la heráldica de cada familia.

Publicado en 1951 por el «Duque de Otranto», ésta es una serie de postales en las que a través de fotos y cuadros de las jefas de cada familia se exhibió, a decir del autor, el amplio abanico de «talentos y virtudes» de la sociedad mexicana.

Para Daniel Bañuelos, director de esta biblioteca personal de Carlos Monsiváis, este libro es un retrato de primera mano del México de 1950, y en el que se refleja la mentalidad de estas familias, desde las más conservadoras hasta las de perfiles más liberales.

«Aquí aparece un país que ya dejó atrás la Revolución y está en camino a la modernidad. Es muy a la usanza de los álbumes estadounidenses que hablan de las familias que hicieron la nación. Este libro está en el mismo enfoque», dice.

Sobre la historia del ejemplar, Bañuelos relata que apareció durante la catalogación de la biblioteca del ensayista mexicano, tras su muerte en 2011, y que con mucha seguridad es el único ejemplar disponible en un acervo público.

«Sólo se editaron 500 ejemplares, 300 dedicados a cada una de esas familias en papel Cameo. Otros 100, entre ellos este ejemplar, se editaron de manera especial en papel Ambassador, un papel europeo que en aquella época era muy difícil de conseguir. Los demás fueron para obsequios personales del autor», indica.

Sobre la forma en que Carlos Monsiváis consiguió el ejemplar, Daniel Bañuelos menciona que era conocida la frecuencia con que el intelectual visitaba la casa del «Duque de Otranto» para la consulta de este libro. «Muy probablemente alguien le vendió este ejemplar a Monsiváis, que además se distinguió por ser un coleccionista de libros poco comunes», explica.

Genealogías

Entre las familias que están en el catálogo y que cuentan con las líneas genealógicas más extensas se menciona a don Manuel Algara y Cervantes, esposo de doña Carlota de Landero. Como refiere esta publicación de 1951, su ascendencia tenía orígenes en los descendientes del Virrey Luis de Velasco, de los Condes de Santiago Calimaya y el escritor español Miguel de Cervantes Saavedra, autor del famoso Don Quijote de la Mancha.

Otras familias que se encuentran en este catálogo son la Álvarez Rul, descendiente del Conde de Valenciana, fundador de templos y hospitales. También aparecen los Acereto, de importantes empresas henequeneras en Yucatán, así como los Morineau, precursores de la industria harinera en Sonora, y los Cuevas Lacuarain, ex propietarios de la Hacienda de los Morales.

Una de las familias con vínculos sanguíneos con la nobleza europea ajena al reino de la Nueva España es la Arrigunaga Icaza, emparentada, según este autor, con Leopoldo de Bélgica. Otra de sus líneas genealógicas, sostiene, proviene del conquistador de la Península de Yucatán, Francisco de Montejo.

El resultado del trabajo del «Duque de Otranto» fue finalmente el legado de un registro histórico de muchos apellidos que a la fecha participan de la dirección política y empresarial de nuestro país.

De piadosas y modernas

Entre las mujeres que aparecen en la publicación pueden diferenciarse dos grupos a partir de la edad, actividades y moda que adoptaron en su vestimenta.

Mientras mujeres como Virginia Armella de Aspe y Margarita Gamio de Alba se caracterizan por su labor en obras benéficas y en el campo de la investigación histórica, respectivamente, otras como María de la Luz de la Barra adoptan posturas más reservadas y con actividades enfocadas a obras de caridad en colaboración con la Iglesia católica.

La nueva generación de mujeres más jóvenes conserva la tradición por la ayuda de los desamparados, pero también asiste al Club Chapultepec, al Country Club de Churubusco y a las cenas filantrópicas.

Bañuelos Baujean, quien dirige los trabajos de clasificación de la biblioteca personal de Monsváis, destaca que en las fechas en que se publicó este libro eran pocos los títulos dedicados a la mujer, aunque este ejemplar no está exento de críticas a partir de lecturas más contemporáneas. «En la actualidad, algunas feministas verán este libro con la ceja levantada. Muchas de las mujeres que aparecen aquí son mamás, muchas no son profesionistas, aparecen con sus fotos de boda, o en posturas muy conservadoras. Pero ese era el mundo de un México más conservador».

Los talentos masculinos

Aun cuando el listado de celebridades que aparecen en este catálogo está ilustrado con retratos, óleos, o autorretratos de estas mujeres, el orden alfabético corresponde a los apellidos de sus esposos. Lo anterior hace de este libro una valiosa fuente para conocer las actividades y las relaciones consanguíneas de personajes que ocuparon puestos destacados en la función pública, la diplomacia, la administración de instituciones bancarias, o en el terreno de las humanidades.

Este es el caso de Rafael Bernal y García Pimentel –nieto del historiador Joaquín García Icazbalceta–, a quien se describe como autor de importantes obras de carácter histórico y que años después de El registro de los 300 publicaría una novela clásica del género policiaco en México: El complot mongol.

Otro de los personajes destacados en este título es el doctor Gustavo Baz, ex secretario de Salud de Manuel Ávila Camacho. A su esposa Elena Díaz Lombardo, afirma el «Duque de Otranto», se debe la creación del sistema de guarderías públicas.

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