Rancho Las Voces: Libros / México: «La princesa Selenita» de El Fisgón
La vigencia de Joan Manuel Serrat / 18

viernes, junio 27, 2014

Libros / México: «La princesa Selenita» de El Fisgón

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Portada del libro publicado por Ediciones Era, en el que Rafael Barajas, El Fisgón, plasma su admiración por Elena Poniatowska. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de junio de 2014. (RanchoNEWS).- Hace muchos años, en un reino muy lejano, un apuesto príncipe se encontró con una bella aristócrata porfiriana. Él era el heredero del trono de Polonia y ella llevaba el Amor como apellido. Se enamoraron, se casaron y tuvieron tres hijos, entre ellos una inteligente princesita. Una nota de Ángel Vargas para La Jornada:

Todo parecía augurar un futuro venturoso a esa noble y agraciada jovencita, pero el destino la condenó a vivir en un extraño paraje, un país del tercer mundo, plagado de injusticias que le dolían, pero también de acontecimientos y personajes insólitos y fascinantes que la cautivaron...

Parecería un cuento de hadas, pero no, es una historia real, que hasta la fecha prosigue. Es la historia de la escritora y periodista Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska Amor, conocida como Elena Poniatowska, La Poni o Elenita.

Y sobre esa historia, el caricaturista Rafael Barajas, El Fisgón acaba de hacer un libro ilustrado, La princesa Selenita, con el cual rinde homenaje y expresa su cariño a tan entrañable intelectual y colaboradora de La Jornada, quien el pasado abril recibió el Premio Cervantes de Literatura.

Es una historia de princesas, con el agregado de que esta princesa que tenemos en México es más fregona, más chingona que las de Disney. Es, en realidad, un falso libro para niños; tiene la intención de que éstos lo lean para que un adulto se los explique, señala.

«Elena es un personaje de cuento, su vida tiene los elementos de leyenda: es una princesa que cae en desgracia y llega a México y luego, ya como periodista, se topa con animales mitológicos, como Diego Rivera; con brujas, como María Félix, con sapos en redacciones, y se enamora del país y de la gente, y ésta se enamora de ella».

Los malos de la historia

Publicada por Ediciones Era, esta breve semblanza en forma de cuento infantil tiene como origen una invitación a El Fisgón para participar en un homenaje a Poniatowska.

El texto lo obligó a estudiar la vida de la autora de Leonora, pues «aunque parezca mentira y estén narrados en forma de cuento, todos los datos (del libro) son ciertos y los personajes reales. Obviamente, los malos de la historia tenían que ser (el ex presidente Gustavo) Díaz Ordaz, (el también ex presidente Felipe) Calderón y (la ex líder magisterial) Elba Es-ther (Gordillo), agrega el caricaturista en entrevista.

«Las hadas son las amigas de Elena: Chaneca, Jesusa (Rodríguez), Liliana Felipe y Martha Lamas. La idea de este cuento es contar de manera coloquial la historia de esta princesa que nos ha tocado vivir y que es muy amada por el pueblo».

De acuerdo con El Fisgón, Elena Poniatowska forma parte de esa tradición de lo que en Estados Unidos llaman intelectuales públicos, entre los que coloca a Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, Fernando del Paso y Eduardo del Río, Rius.

«México tiene un tradición muy grande en lo que respecta a ese tipo de personajes. Viene desde el siglo XIX, por ejemplo, con fray Servando Teresa de Mier, Melchor Ocampo, Ponciano Arriaga, Ignacio Ramírez, Vicente Riva Palacio y Guillermo Prieto; incluso Justo Sierra en su momento», dice.

«Y estos intelectuales básicamente son escritores, pero también analizan a la sociedad y dan un punto de vista un poco desde fuera de la misma. Con ello contribuyen a encarrilar a la sociedad y forjar una opinión pública razonada sobre temas públicos».

Inteligencia y compromiso ético

Cuenta el caricaturista que desde muy joven ha admirado a Poniatowska, a la cual comenzó a leer desde muy chavo. Primero fue Hasta no verte Jesús mío y después La noche de Tlatelolco; y a partir de eso tomó enorme respeto por tan incomparable mujer.

«Me pareció increíble que en este país de machos fuera una mujer la única valiente que se atreviera a hablar del tema del 68, a confrontar al poder, que además, se nos olvida, era un poder brutal, omnímodo. Parece increíble que teniendo Gustavo Díaz Ordaz un proyecto de control total de la población, hubiera un puñado de gentes –entre las cuales se encuentra Elena– que se atreviera a dar una visión acercada a la realidad, la cual desentonaba de la realidad oficial».

En su opinión, detrás del ser y el hacer de Poniatowska hay una motivación ética y su ejemplo contrasta con el caso de otros intelectuales, que pueden ser brillantes, pero que se han aliado al poder y han hecho su carrera a la sombra de éste.

«Me llama la atención cómo lo que sobresale de Elena es su calidad ética, y creo que esta es parte de un compromiso intelectual de fondo. No entiendo la inteligencia sin un compromiso ético. Estoy convencido de que cuando los intelectuales hacen concesiones en materia de ética y principios hacen concesiones a su inteligencia, es decir, se apendejan», añade.

Uno de los aspectos que más llamadon la atención de El Fisgón respecto de Poniatowska es que de repente personas sin autoridad moral la juzgan, a veces con desprecio y, otras, hasta con crueldad.

Recuerda al respecto que en las elecciones de 2006, el entonces dirigente del PAN Manuel Espino se lanzó con todo en contra de ella, diciendo que era una pobre señora que le inspiraba pena. «Y ¿ quién es él para decir eso?

Para finalizar, El Fisgón recalca que con La princesa Selenita lo que pretende es destacar la importancia de tener con nosotros una persona honesta, alguien que dice la verdad, en un país que quiere ser de a mentiritas.



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