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La escritora en El Foro del Tejedor, donde presentó su libro más reciente. (Foto: Guillermo Sologuren)
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iudad Juárez, Chihuahua. 20 de junio de 2014. (RanchoNEWS).- Una autobiografía fragmentada y anafórica desde la pluma de Margo Glantz, un narciso enaltecido en la coincidencia con los escritores David Markson, Georges Perec o Joe Breinard, el libro Yo también me acuerdo (Sexto Piso) se presentó en El Foro del Tejedor, donde en una noche de luz y amistad el juego de la literatura y la memoria extendieron la biografía con varios me acuerdo desde los personajes que han coincidido en 84 años de vida de la narradora mexicana. Una nota de Alondra Flores para La Jornada:
«Aquí estoy con estos miserables a los que quiero mucho», expresó Margo Glantz, quien antes escuchó atenta a sus amigos allí reunidos para hablar de los recuerdos. Súbitas sonrisas pensativas, así como oscilaciones inconscientes de cabeza, sucedieron al oír a sus presentadores sentados a su lado en el foro de la planta alta de la cafebrería El Péndulo, en la colonia Roma.
«Es un libro que me fascina», destacó la diferencia con sus numerosas obras. «Me pareció una posibilidad muy interesante. Decidí seguir el esquema anafórico, que me permitía manejarme en un marco muy estricto y por el otro lado una enorme libertad, que era una constricción acotada que me permitió hacer una constante cantidad de ejercicios con la memoria, donde el tuit tiene mucho de importancia».
En la organización del libro, construido a base de fragmentos que se inician con la frase «Me acuerdo», lo importante era crear una estructura abierta, con una continuidad poco aparente, pero que era hilvanada a partir de ciertos textos, donde la repetición no es casual sino voluntaria, explicó. Y aunque está dedicada a Breinard, Perec y Markson, «están ahí, pero el libro es mío», afirmó la colaboradora de La Jornada.
Palabras francas, cariñosas, personales, fueron las del escritor Mario Bellatin, leído por Luz del Amo. «Me acuerdo que reí hasta llorar cuando me leyó: recuerdo que confundo hidrocarburos con carbohidratos», señaló al amigo, compañero de viajes de Glantz. Y así, cada uno de los cuatro presentadores agregó los diversos me acuerdos, entre las características del libro recientemente publicado.
Recuento vital
El poeta y ensayista Luis Felipe Fabre comentó: «Yo también me acuerdo de Margo», en Ginebra, preguntando por la ausencia de peinado. «Todos tenemos nuestros me acuerdo de Margo y este libro de alguna manera invita a otro libro, colectivo, que empieza en los textos de los compañeros de la presentación».
Un volumen reminiscente de Margo Glantz, quien ha practicado una escritura autobiográfica que elude tenazmente las convenciones de la construcción del sujeto moderno y de la representación femenina, expresó en calidad de presentador, el poeta Armando González Torres. «Quizá por eso me parece que la escritura fragmentaria de índole autobiográfica parecería ser el género más propicio para un recuento vital de esta autora».
Agregó que el libro es un experimento mnemotécnico que escapa a las convenciones, implica la confidencia personal, la reconstrucción de época, la evocación de su propio itinerario intelectual y hasta la propia invitación a su taller de escritura.
«Glantz ha eludido construir un monumento, su retención intenta más que esculpir, volver a iluminar la vida con la luz del recuerdo grato, a veces con el sabor agridulce de lo ingrato. Están lo mismo la moda que el Holocausto, la noción de la finitud humana que el pilates».
El editor Emiliano Monge mencionó el origen de esa obra: «Me acuerdo que empezó a escribir el libro cuando Rodrigo Hasbún pidió redactar 17 textos que iniciaran con las palabras Me acuerdo, como en los libros de Breinard y Perec», lo que fue el inicio para habitar en unas pocas páginas la memoria de alguien que ha vivido tanto y tan bien, afirmó.
«En este libro están todas las Margos que ha sido, pero un poco más. Están las Margo que recuerda, las que se inventa, amplificadas por la forma literaria: está la hija que juega, la niña que huye, la hermana, la exiliada, la estudiante, la pianista, la académica, la traductora, la esposa, la madre, la escritora, la viajera, la sibarita, la sorjuanista».
«Me acuerdo –dice Margo–, que empiezo a tener amnesia», citó Monge, entre menciones de amigos como Juan Villoro, Myriam Moscona y Lydia Cacho. «Y es que jugando, escribiendo y olvidando es como Margo Glantz ha escrito estas memorias prematuras, este legado acelerado de la joven envejecida que rinde aquí ofrendas a la vida, pero también a la que tuvieron la suerte de pasar al lado de su existencia».
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