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Fotografía Nudes del artista Thomas Ruff. (Foto: Archivo)
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iudad Juárez, Chihuahua. 13 de junio de 2014. (RanchoNEWS).- La historia de la fotografía tiene en Europa sus anclajes más sólidos, tanto en sus orígenes documentales como en su renovación artística y conceptual. Los grandes nombres surgidos de las escuelas alemana, holandesa y finlandesa. Pero hay autores menos conocidos que se consideran esenciales para la evolución del género. Rosa Olivares (Madrid, 1955), se ha atrevido a desbrozar el panorama y recoger en un libro el centenar de autores que, en su criterio, son imprescindibles para construir un atlas fiable de la fotografía europea. 100 fotógrafos europeos (Exit Publicaciones) cuenta en 412 páginas la biografía de cada uno de los artistas elegidos y reproduce algunos de sus trabajos más importantes. Los españoles no figuran en la lista porque a ellos se les dedicó en exclusiva una entrega anterior. Una nota de Ángeles García para EL País:
Conocedora de las polémicas que suelen levantar este tipo de manuales, Olivares aclara que ha trabajado con criterios puramente curatoriales. Otro comisario sacaría otra lista, no forzosamente idéntica. Pero esta es su apuesta personal. Todos los elegidos son nacidos o residentes en Europa con posterioridad a 1950. Tienen un reconocimiento incuestionable internacionalmente, Thomas Ruff, o son esenciales en su país y/o en el desarrollo del lenguaje fotográfico, Patrick Tosani. El fotoperiodismo o la publicidad no creativa no han puntuado en una selección en la que lo que importa son las prácticas visuales al margen de estilos o temáticas. No hay cuotas ni por países ni por sexo. «Es una selección que firmo yo. Soy muy ecléctica», precisa la autora.
Pese al certificado de nacimiento de todos estos artistas, Olivares no cree que se pueda hablar de una fotografía europea como tal. «No, en el sentido de estilo específico, pero se ven diferencias claras entre ciertas escuelas, como la de Helsinki (en la que entrarían artistas nórdicos que han estudiado en Helsinki); la inglesa, la holandesa y, por supuesto la alemana. La historia de la fotografía es especialmente fuerte e interesante en ciertas partes de Europa que coinciden con estas escuelas. Pero es también cierto que es un panorama plagado de individualidades brillantes. Veo diferencias con la foto asiática o con la americana o la africana, es una cuestión cultural, de historia y tradición visual, pero sobre todo del imaginario simbólico y del desarrollo conceptual de cada territorio».
Hay temas y preocupaciones comunes entre todos ellos, aunque no siempre son específicamente europeos. «Esas preocupaciones comunes no solo son europeas sino de época», responde Rosa Olivares. «Las formas de expresarlas si pueden tener matices europeos, si entendemos lo europeo como un conjunto de tradición, historia y cultura. En cualquier caso la fotografía, como cualquier otro lenguaje artístico, se centra en los problemas del individuo (soledad, muerte, miedo, orden y caos) y de su sociedad (los mismos: muerte, soledad, miedos, etc.)».
En general, todos estos fotógrafos participan de otras formas de expresión artística. «La fotografía tiene su origen visual en la pintura y en la escultura, en la historia del arte. Pero también la arquitectura, literatura, cómic y cine se alimentan de la fotografía, igual que la pintura actual tiene mucho de la fotografía y del cómic. Estamos hablando de la expresión de una época, de una cultura, no de parcelas privadas en una urbanización».
Olivares prefiere no señalar nombres que indiscutiblemente pasarán a la historia. El tiempo, con sus modas, gustos o disgustos es como un tiovivo: lo que hoy esta arriba mañana esta abajo. Los alemanes son una apuesta segura, Thomas Ruff es para mí el arquetipo de una generación que ha conseguido dar a la fotografía el estado indiscutible de lenguaje artístico, incluirla en museos, ferias, colecciones y mercado. Pero hay muchos, más de 100, muchos más, aunque los más jóvenes anden por la línea nutre de lo conceptual, la foto y el vídeo o el cine. Entre estos 100 nombres hay algunos muy conocidos, otros muy desconocidos, pero siempre hay talento, inteligencia, grandes artistas. Para mí, el problema es que no estén incluidos creadores polacos, húngaros o griego por ejemplo, que por circunstancias políticas y económicas no han podido entrar en los círculos de difusión».
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