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miércoles, junio 09, 2004

COLUMNA

Latidos

Las obras literarias más pintadas

SERGIO VILA–SANJUÁN - 09/06/2004 / LA VANGUARDIA

Que los libros de Dante y el “Decamerón” destaquen, junto a los textos de Shakespare, entre las obras de la literatura universal que más impacto han tenido en el terreno de las artes plásticas ¿responde a la realidad o a la nacionalidad italiana de quienes han hecho la selección? Difícil saberlo, pero en cualquier caso esta duda representa un estímulo más para adentrarse resueltamente en las páginas de “Episodios y personajes de la literatura”, nueva entrega de los siempre agradables “Diccionarios del Arte” que está publicando editorial Electa. Bajo la tutela de Francesca Pellegrino y Federico Poletti, el diccionario nos adentra en la herencia visual de los clásicos. Blake, Rodin, Corot, Ingres o Rosetti fueron algunos de los pintores atraídos por el universo del autor de “La divina comedia”. Boticelli, Palma el Viejo, Rubens, Reynold y Gustave Moureau ilustraron a Boccaccio; Johann Heinrich Füssli plasmó imágenes del “Heptamerón” de Margarita de Navarra, y Delacroix del “Amadís de Gaula” de Garci Rodríguez de Montalvo. Claude Lorrain, Poussin y Maurice Denis se inspiraron en Torquato Tasso. Del máximo autor inglés, Turner pintó “Romeo y Julieta”, Chagall “El sueño de una noche de verano”, John Everett Millais a Ofelia, Alberto Savinio a Otelo y Desdemona... Cervantes, Milton, La Fontaine o Goethe son otros escritores que han dejado amplia huella pictórica

Libros sobre los libros (1)
Un género en auge, con amplia cosecha española. Entre las aportaciones más recientes, “Los mercaderes en el templo de la literatura”, de Germán Gullón (Caballo de Troya) es un ensayo vindicativo. El autor, hijo del célebre crítico literario Ricardo Gullón, profesor de literatura y novelista él mismo, aborda un tema que preocupa desde hace varios años al hispanismo europeo: la relación entre éxito de ventas y calidad literaria, o dicho de otro modo: cómo afecta a la literatura española la consolidación de la industria cultural. Su visión es apocalítica, pues cree que se trata de una influencia básicamente negativa y que, “siguiendo el camino actual, la comercialización y la cultura de masas harán que la literatura sea un poco como los premios de cine de Hollywood: muchas serpentinas y champán y escasa sustancia”. Pero tiene la virtud de no esquivar la autocrítica, y señala que “los críticos y profesores que debimos resistir el empuje de la comercialización manteniendo la dignidad del libro (...) nos sumamos en cuerpo y alma al espectáculo comercial, para a continuación rasgarnos las vestiduras y apuntar con un dedo acusador a los editores”. Su (muy amplia) propuesta: que la literatura “vuelva a los orígenes”, dando por supuesto que la palabra “seguirá siendo el estilete que grabe la historia humana, la vivida en sociedad y la íntima”

Libros sobre los libros (2)
Dos propuestas de carácter más divulgativo: “El libro en un libro”, del economista y profesor de periodismo Manuel Alonso Erausquin (Ediciones de la Torre) aborda la edición como “el primer medio de comunicaciòn de masas” y hace especial enfásis en los aspectos materiales de su tema: morfología del libro, diseño, pruducción, difusión, uso... Para Erausquin el libro es “un medio resistente” y además “el mejor medio (de comunicaciòn de masas), entre otras cosas porque cuenta con el mejor modo de codificación que los humanos hemos encontrado y mantenido hasta hoy para la transmisión del conocimiento, que es la escritura”. Por su parte, el profesor de Historia de la Cultura Escrita en la Universidad de Alcalá de Henares, Antonio Castillo Gómez, publica una “Historia mínima del libro y la lectura” (Editorial Siete Mares) que refuerza la síntesis que su título plantea con una recopilación de textos memorables sobre su objeto de estudio. Como éste de Montaigne: “En los libros sólo busco el placer de una distracción honesta, y si estudio, únicamente persigo la ciencia que trata del conocimiento de mí mismo, instruyéndome a vivir y morir bien”