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Ciudad Juárez
20:00 horas inauguración
Elsa Morales: Exposición
Salón de usos múltiples
Centro Cultural Paso del Norte
Artes Plásticas / Venezuela
Hasta el 30 de octubre
Nacida en Santa Teresa del Tuy en 1945, se traslada muy joven a Caracas a trabajar. Su inicio en la pintura data de 1967, cuando ya mostraba destreza y afán de experimentar utilizando toda clase de materiales. Su primera exposición la organizo en 1969 Francisco Da Antonio quien al conocerla se encontró, como él mismo dice, con una personalidad de impredecible significación plástica.
Elsa Morales viene a ser una vanguardia dentro del arte popular pues ha desarrollado constantemente nuevas propuestas que van desde sus primeros trabajos en los que inventó una especie de pop art narrativo hasta las enormes telas en las cuales Perán Erminy encuentra ciertas tendencias post modernas. Su lenguaje pictórico se ha caracterizado por la simplificación de los planos, muy anchos, así como de las formas, delineadas con un trazo muy suelto y amplio, y un uso saturado y contrastante del color, resolviéndose en un resultado de enorme impacto visual y gran fuerza expresiva.
Su prolífica creación incluye también obras tridimensionales, como sus enormes muñecas, murales, cajas policromadas, vitrinas, parabanes y ensamblajes. La obra de la artista refleja sus vivencias y cuenta que su pintura tiene «una historia que yo oí, capté, reinventé y que por último viví con sentimientos, porque al pintar meto ahí mi alma y mi piel y mi alegría y mi dolor».
Ha participado en numerosísimas exposiciones colectivas e individuales en el país y en el exterior, recibiendo diversos reconocimientos, entre ellos el Premio Bárbaro Rivas en el XXXVIII Salón Arturo Michelena en 1979, el Premio Museo de Arte Contemporáneo en el III Salón de Pintura Ingenua de FUNDARTE en 1982, el Premio FUNDARTE en el VII Salón de Arte Popular de esa institución en 1986, el Premio a la Trayectoria Artística en la I Bienal de Arte Popular Bárbaro Rivas en el Museo de Petare en 1987, el Premio Barquisimeto en el Festival de Arte de esa ciudad en 1991 y Premio en el I Salón Bigott de Arte Popular en 1999. En 1992 forma parte de la exposición Imágenes del Genio Popular en la Galería de Arte Nacional. En el 2003 el Museo de Arte Popular de Petare Bárbaro Rivas presenta una muestra de su obra más reciente en homenaje a esta extraordinaria creadora.
A pesar del creciente deterioro de su estado de salud en años recientes, se mantuvo activa en su trabajo artístico presentando exposiciones tanto en Caracas como en Barquisimeto, dando muestras en todo momento de un ánimo y entereza admirables. En el año 2006, la Casa del Artista, en Caracas, la reconoce, dándole su nombre a la Sala Expositiva de esa institución. Paralelamente a su actividad plástica, desarrolla una obra literaria, publicando libros de poemas y también de cuentos y novelas, ilustrados por ella misma. Fallece dulcemente, en el sueño, el sábado 03 de marzo de 2007 en su residencia en la población de Sabana de Parra, estado Yaracuy.
SOBRE ELSA MORALES
Carmen Adela López
Aunque el nombre de Elsa Morales es uno de los relativamente escasos de origen venezolano que se incluyen en la World Enciclopedia of Máif Art, hace tiempo que quienes han seguido de cerca su trabajo observaron cómo su obra trascendía sobradamente al adjetivo que la definía como expresión de arte popular o ingenuo para ser considerado, en forma sustantiva y llana, como arte. Que éste reflejara o no las tendencias postmodernas que le atribuyera el crítico Perán Erminy a algunas de sus obras más recientes o los sentimientos y vivencias relacionados con su propia historia que matizara diestramente con intensos colores, tal vez pueda ser en este momento algo irrelevante. Basta asumirla simplemente como artista y, como tal, capaz de imprimir con su vocación creadora un sello muy personal a obras muy variadas. Será labor de la crítica autorizada analizar en tal sentido su trabajo, se trate del expresado en su obra bidimensional o de la que en el plano tridimensional se expresara en cajas, muñecas, vitrinas, parabanes y ensamblajes diversos.
Sin embargo, yo prefiero recordarla ante todo, como un ser humano que habría valido la pena conocer incluso sin tener acceso a su obra. Sentir esto que afirmo es para mí particularmente importante, pues hay ocasiones en las cuales, tras sucumbir al hechizo de una obra significativa y hasta deslumbrante, la magia desaparece o se rompe cuando conoce el autor. En cambio ella, como ser humano presente en el corazón de quienes la conocimos y amamos, no sólo vive en la obra de artista que dá testimonio de su condición creadora, sino que sigue acompañándonos en la ternura, espontaneidad y alegría que siempre la caracterizaron, fuera en Sabana de Parra o en cualquier país europeo en donde expusiera. En el permanente aprendizaje que asumió como tarea de vida, expresándose con voces de guitarra, poemarios caligrafiados, cuadros o volúmenes y hasta un tarot leído para ahuyentar angustias de sus amistades, podríamos decirle como Mariano y Uvi Díaz: «Niña Elsa, recordarte entre nosotros es bonito, por las enseñanzas y alegrías que siempre con tu cariño nos diste».
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