La fanciulla del West se escenificará los domingos 17 y 24 de septiembre a las 17:00 hrs y el martes 19 y el jueves 21 a las 20:00 hrs en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 22 de agosto de 2017. (RanchoNEWS).- Es considerada como la mejor partitura de Puccini y fue un encargo de la Ópera Metropolitana de Nueva York para que fuera estrenada en 1910. El compositor se inspiró en un capítulo de la compleja historia estadunidense, en especial en California durante la época de la fiebre de oro, precisó Sergio Vela. Reporta para Crónica Reyna Paz Avendaño.
La mezcla de dos culturas y la alusión a la condición humana cuando las personas se alejan de sus familias para buscar una mejor vida, son parte de la trama de La fanciulla del West, ópera de Giacomo Puccini (1858-1924), que narra la vida de un pueblo minero de la Sierra Madre de California en donde dos hombres pelean por el amor de Minnie. Esta ópera se estrenará en el Palacio de Bellas Artes el próximo 17 de septiembre bajo la dirección del brasileño Luiz Fernando Malheiro.
Considerada como la mejor partitura lograda por Puccini, La fanciulla del West se presentó en la Ciudad de México en 1920 en el Teatro Abreu, pero dicha obra tiene una historia de anhelo en el país, ya que el deseo del arquitecto Adamo Boari era que se estrenará en la inauguración del Palacio de Bellas Artes, sin embargo, ninguno de esos dos deseos (la pronto conclusión del Palacio y el estreno de la pieza) se cumplieron.
«En 1907, Puccini acudió por primera vez a Nueva York con el enorme prestigio que acarreaba siendo el autor de Tosca, Manon y Madama Butterfly. Su nombre era el más apreciado y la Ópera Metropolitana de Nueva York decidió comisionarle una ópera que pudiera ser estrenada en 1910. Puccini se inspiró en un capítulo de la compleja historia estadunidense, en especial en California durante la época de la fiebre de oro, que comenzó un año después de la anexión de California tras la guerra entre México y Estados Unidos», precisó Sergio Vela, director de escena e iluminación.
El estreno mundial de La fanciulla del West (que se basa en la pieza The girl of the Golden West, de David Belasco) se celebró el 10 de diciembre de 1910 en el Metropolitan Opera House, con la presencia Enrico Caruso, Emmy Destin y Pasquale Amato, bajo la dirección musical de Arturo Toscanini.
Pero diez años después, agregó Vela, con la participación protagónica de Carmen Melis e Hipólito Lázaro se presentó en la Ciudad de México en el Teatro Abreu, con una sola función, ya que el Palacio de Bellas Artes aún no existía y el Teatro Nacional estaba en construcción.
«Existe una documentación interesante: una carta de Justo Sierra a José Yves Limantour. Sierra era el ministro de educación y Limantour era ministro de hacienda. Resulta que Justo Sierra recibió una carta del compositor mexicano Gustavo Campa, quien le contó que había visitado a Puccini en Italia y estaba al tanto de los deseos del compositor italiano y del arquitecto Adamo Boari. Boari soñaba que el nuevo teatro (el Palacio de Bellas Artes) se inaugurara con la nueva ópera de Puccini», precisó Vela.
No obstante, nada de eso ocurrió porque Puccini tenía un contrato y el Palacio postergó su inauguración por décadas, entonces es una obra que «quedó en el imaginario de los mexicanos porque tuvo puntos de contacto con el país», dijo Vela.
El estreno de La fanciulla del West en el Palacio de Bellas Artes reunirá a un elenco encabezado por la soprano Ángeles Blancas Gulín (Minnie), el barítono mexicano Jorge Lagunes (sheriff Jack Rance) y el tenor vasco Andeka Gorrotxategui (Dick Johnson, alias Ramírez).
También participan Ángel Ruz, Carlos Santos, Vanessa Jara, Óscar Velázquez, Emilio Carsi, Rodrigo Petate, Rodrigo Urrutia y Renata Ramos. En los roles de mineros: Enrique Ángeles, Héctor Valle, Antonio Azpiri, Alberto Albarrán, Edgar Gil y los beneficiarios del Estudio de Ópera de Bellas Artes Carlos Arámbula, Ángel Macías y Edgar Villalva.
Sobre el personaje Dick Johnson, el tenor Andeka Gorrotxategui comentó que es un criollo perseguido por el sheriff y lo único que ha tenido en la vida es la pobreza y la herencia de su padre: asaltar camiones.
«Entonces se dirige a robar el oro de los mineros, pero cuando ve que los mineros son tan desdichados como él, encuentra a Minnie y conoce el amor, a partir de eso vive una transformación y decide dejarlo todo atrás e iniciar una nueva vida. Al final, esta ópera es una historia de amor», señaló.
Para Sergio Vela, la ópera no debe reducirse a discursos demagógicos sobre la intolerancia contemporánea de la política de Donald Trump porque sería absurdo. «Esta obra nos permite leer desde nuestro tiempo la complejidad que hay en la historia tan accidentada de la relación de dos pueblos vecinos que desplazaron la frontera y crearon realidades complejas».
En ese sentido, el director concertador Luiz Fernando Malheiro, comentó que Puccini creó una historia muy humana y vigente por abordar la problemática del desplazamiento de las personas.
«En Brasil, por ejemplo, hace unos años vivimos algo muy parecido con el fenómeno de la explotación del oro en un sitio llamado Serra Pelada; fue un hecho muy fuerte porque varias personas de otras regiones de Brasil llegaron ahí, dejaron su familias y muchos murieron ahí. Fue un fenómeno muy serio e impresionante que tiene que ver con que esta ópera presenta», comentó.
Además resaltó la trama de amor porque Puccini destaca los aspectos humanos de «estos hombres que se alejaron de sus familias para buscar algo mejor. Es un argumento que se enriquece con los 18 personajes y que normalmente en las puestas pasan desapercibidos, pero trabajo para que cada uno de estos 18 personajes tengan algo especial y que haga reflexionar a los asistentes».
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