C iudad Juárez, Chihuahua. 14 de diciembre de 2020. (RanchoNEWS).- John le Carré se ha marchado con la misma discreción y elegancia con la que vivió. Desde hacía veinte años residía en Cornualles, lejos del vértigo de las grandes ciudades, pero siempre pendiente de la actualidad. Indignado por el Brexit, al que calificaba de idiotez sin límites, se preguntaba si Boris Johnson y Donald Trump no trabajaban para la Unión Soviética, pues su agresivo populismo se había convertido en una gravísima amenaza para la estabilidad de las democracias occidentales.
Nacido en 1931 en Poole, condado de Dorset, Inglaterra, había crecido en un hogar inestable. Su padre, Ronnie, era un estafador que pasó en varias ocasiones por la cárcel y que maltrataba a su mujer y a sus hijos. El futuro espía y escritor se llamaba entonces David John Moore Cornwell. Su madre huyó del hogar familiar cuando él solo tenía cinco años. David continuó soportando los malos tratos de un padre que le intimidaba no tanto por la violencia, sino por sus gestos amenazadores. Su mandíbula desencajada y sus ojos turbios le inspiraban más terror que los golpes. El padre de Le Carré pasó por las cárceles de Hong Kong, Singapur, Yakarta, Zúrich.
El texto de Rafael Norbona es publicado por El Cultural