El último vuelo del China Clipper, óleo sobre tela, 1981. (Foto: Propiedad de la familia Quezada Rueda.)
C iudad Juárez, Chihuahua. 11 de diciembre de 2020. (RanchoNEWS).- Abel Quezada sostenía que era un mal dibujante. El peor de todos, llegó a decir. Pero los públicos que construía a diario decidieron no reparar en tal minucia. Así les gustó cuando sacó su primera reunión de Cartones (1958), y también al integrar una selecta antología personal, Nosotros los hombres verdes (1985). El mejor de los mundos imposibles, desde su salida en 1963, se volvió un novísimo clásico, no obstante que sólo era el segundo título de un caricaturista tan versátil como acerbo y cuyo universo lo habitaban figuras que dialogaban estilísticamente con las de William Steig, Saul Steinberg y Bob Gill, en atmósferas tomadas de las publicaciones jocoserias mexicanas del siglo XIX. Cuanto salía de su pluma volaba.
Se forma una buena tercia con The Lonely Ones de Steig, All in Line de Steinberg y The Millionaires de Gill, pero si a ella se le añade The Best of Impossible Worlds de Quezada no cabe la menor duda sobre la fuerza gráfica de estos cuatro reyes de la baraja.
El texto de Antonio Saborit es publicado por el suplemento El Cultural de La Razón