El cineasta húngaro Béla Tarr durante el acto celebrado este martes en Barcelona en la Filmoteca de Cataluña. (Foto: EFE)
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iudad Juárez, Chihuahua. 9 de enero de 2024. (RanchoNEWS).- Con 68 años a las espaldas, Béla Tarr entraba esta mañana en la Filmoteca de Cataluña algo abrumado por la presencia de cámaras. El interés público no es de extrañar, siendo uno de los nombres esenciales del cine europeo contemporáneo, imprescindible en tiempos de degradación social y política, escribe Mariona Borrull en El Cultural.
«No soy un cineasta político, solo tengo sensibilidad social», explicaba, en la rueda de prensa que ha dado a continuación, «y me duele mucho cuando veo la dignidad de alguien pisoteada por unos tipos sucios que le roban las vidas y el futuro a la gente. Algunas veces reacciono. Algunas veces no lo veo necesario, pienso que no es mi papel».
El húngaro, pequeño y apoyado en una muleta, restaba importancia a su papel: «No creo que pueda cambiar el mundo. Eso es cosa de la gente, aunque me siento parte del pueblo… Pero siento que eres político cuando algo va realmente mal y quieres hacer algo al respecto. Ya seas de la izquierda o de la derecha, todos tenemos nuestra propia responsabilidad». Aunque, contundente, concluye: «Y evidentemente odio los fascistas».