C iudad Juárez, Chihuahua. 4 de junio de 2021. (RanchoNEWS).- En 1971 apareció Tiempo mexicano de Carlos Fuentes. Una serie de ensayos en que la historia, la política y la cultura estaban imbricadas. El autor reconocía la coexistencia de varios Méxicos, una modernidad inacabada, plagada de atavismos, un pasado que jamás terminaba por disolverse y un futuro brumoso, difícil de asir. En algún pasaje juguetón incluso apuntaba que deberíamos avanzar más rápido para hacer realidad los anhelos plasmados en la Constitución de 1917. ¿Progresar hacia atrás? Pues sí, porque en efecto, entre la letra de la llamada Carta Magna y la realidad existía un océano.
Los textos son una especie de caleidoscopio que cambia su significado con el correr del tiempo, destilan un placer por el lenguaje exuberante y en ocasiones un barroquismo tentador. No pocas veces las imágenes resultan más expresivas que los conceptos y es más que agradecible su perspicaz vena literaria, alejada de las pretensiones de la ciencia política. Porque la primera, en manos de Fuentes, suele ser más atractiva, insinuante y viva, que la aridez y la repetición conceptual de no pocos textos de la segunda. Son ensayos imaginativos, luminosos, provocadores, que abren el campo de visión y no soportan la lectura dogmática.
El texto de José Woldenberg es publicado por el suplemento El Cultural de La Razón