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Imagen de la zona arqueológica.(Foto: Mauricio Marat/ INAH)
M éxico, 27 de diciembre, 2007. (Ana Mónica Rodríguez/ La Jornada).- Una pirámide más antigua que el Templo Mayor de Tenochtitlán, con casi 700 años de antigüedad, fue descubierta en el centro ceremonial de Tlaltelolco, informó este miércoles el arqueólogo Salvador Guilliem durante un recorrido por la Plaza de las Tres Culturas, donde en fechas recientes se han encontrado importantes hallazgos.
La estructura piramidal fue descubierta hace un mes dentro del mismo templo mayor tlaltelolca, el cual data, según investigaciones preliminares, de 1337, fecha que coincide con la fundación de Tlaltelolco.
Las excavaciones continuarán el próximo año, y de comprobarse la antigüedad del edificio, aunado al descubrimiento de una posible ofrenda y una gran escultura con la representación de la deidad Tezcatlipoca Negro (rey de los comerciantes) que debieron colocar los mexicas en ese lugar, significaría un gran cambio histórico-cronológico. Se confirmaría que Tlaltelolco es un asentamiento más antiguo que Tenochtitlán.
El Templo Mayor de Tlaltelolco ostenta las mismas analogías arquitectónicas que el de Tenochtitlán y el de Tenayuca: una gran pirámide que en su interior cuenta con otras completas, una especie de matrioshka con estructuras de forma similar, pero diferente tamaño, en su interior.
Guilliem, director de la zona arqueológica de Tlaltelolco, explica a La Jornada: «La idea es llegar el próximo año al centro de la pirámide para registrar todas las estructuras que existan en su interior; hasta ahora el túnel que hemos realizado es de siete metros y esperamos que nos faltan de 1.50 a 2 metros para encontrar una gran ofrenda con la deidad adorada en esa época».
La estructura recién descubierta, explica Guilliem, fue abierta o fragmentada intencionalmente por los mexicas hacia 1368, para depositar algo y continuar con la construcción de la siguiente etapa.
«Hasta ahora las evidencias arqueológicas revelan ocho etapas constructivas en el centro ceremonial de Tlaltelolco», agregó.
Los antecedentes de esta exploración, dice el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se remontan hacia 1968, cuando no se permitió la presencia de ningún arqueólogo debido a los sucesos ocurridos el 2 de octubre. Fueron suspendidos todos los trabajos en las inmediaciones de Tlaltelolco.
Después, en 1992, Guilliem comenzó el proyecto en la pirámide del templo mayor tlatelolca y halló la etapa constructiva dos, bajo la cual está la pirámide recién descubierta. Pero tuvo que suspender las investigaciones por un sismo que en 1993 deterioró seriamente esa estructura.
Las pirámides de Tenochtitlán, Tlaltelolco y Tenayuca parecen ser obra del mismo constructor por la similitud de sus elementos constructivos y su colocación, agregó el arqueólogo.
«Este año el INAH puso gran atención a la zona arqueológica de Tlaltelolco con un gran plan de manejo –académico y de exploración– que arrancó en agosto pasado y concluyó a finales de octubre, con el hallazgo de la que pensamos sería la primera pirámide tlaltelolca y mexica».
También, dijo Guilliem, se realizó un mapa de toda la zona arqueológica con un geo-radar y el apoyo de especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México, encabezados por Luis Barba, que abarcó 45 kilómetros cuadrados.
«Desde El Tecpan, en avenida Reforma, hasta el Eje Central fueron registrados y analizados con el georadar los vestigios arqueológicos y descubrimos otras piezas que estaban ocultas».
Otras investigaciones y excavaciones realizadas en el área prehispánica han arrojado importantes evidencias, como ofrendas de cerámica, cinco entierros y las evidencias de un complejo habitacional, parecido a la Casa de las Águilas, en Tenochtitlán, que han aparecido durante los trabajos de la recién concluida temporada de campo efectuada por equipo que encabeza Guilliem.
También los avances en la Caja de Agua, hallada hace unos años en el Antiguo Colegio de la Santa Cruz, y que tiene una estructura piramidal en su interior y pintura mural también se ha avanzado en su exploración, luego de que fue detectada con el geo-radar una gran piedra de dos metros cuadrados que fue colocada hace siglos en una de las paredes. Según Guilliem, se trata de un escudo imperial de Carlos V que todavía se encuentra tapiado y cubierto con el cimiento.
La cisterna clausurada ritualmente después de la conquista ha arrojado infinidad de información, y quienes visiten Tlatelolco la podrán observar debajo de un gran cristal con la cual será cubierta luego de que se libere el gran escudo de armas. La ventana arqueológica ya se vislumbra en 50 por ciento.
«También planeamos abrir el muro a manera de arco, para que se pueda caminar de un lado a otro, primero se debe liberar completamente la caja de agua y posteriormente hacer un recinto museográfico digno de la pintura mural, la cual es idéntica al Códice Florentino, entre otros documentos históricos referenciales».
Agrega: «esta estructura –de ocho por cuatro metros, con un vestíbulo con dos columnas– es importante porque es eslabón entre el México prehispánico y el colonial, por ser una de las obras más tempranas de arte pictográfico en la Nueva España».
A partir de mayo de 2008, tentativamente, arrancará el proyecto de visitas guiadas nocturnas, con luces artificiales, al área prehispánica que ya se encuentra en valoración, con el cual el público podrá admirar los vestigios desde otra perspectiva «más espectacular y didáctica».
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