.
El poeta mexicano. (Foto: Milenio)
M éxico 4 de diciembre, 2007. (Jesús Alejo/ Milenio).- Fernando del Paso no podrá negar que 2007 ha sido muy importante en su trayectoria literaria: Noticias del imperio fue elegida como la novela más destacada de las últimas tres décadas de acuerdo con una encuesta de la revista Nexos; recibió el Premio de Literatura FIL-Guadalajara —que él insiste en llamar Juan Rulfo—, y ahora recibe otro reconocimiento por parte del poeta José Emilio Pacheco.
Y es que el autor de El principio del placer decidió dedicarle el ciclo de conferencias que cada año imparte en El Colegio Nacional, bajo el título «Noticias del imperio: historia y novela en Fernando del Paso».
«Hoy como nunca me enfrentó a una tarea superior a mis fuerzas. Aunque no tenga más pretensión que hacer un sencillo homenaje a Fernando del Paso y conversar con ustedes acerca de sus novelas y algunos de los temas que suscitan, me siento desbordado por sus libros, cada uno de los cuales me parece que es digno de una serie entera de conferencias, y por el género de la novela histórica, (pues) no pensé que fuera una cosa tan compleja».
Sin embargo, el reconocimiento no tuvo lugar en la primera de tres sesiones de José Emilio Pacheco en El Colegio Nacional, debido a que antes hizo un repaso del pasado y el presente de la novela histórica, partiendo de que la simple enumeración de sus títulos y de sus autores sería suficiente para llenar las tres sesiones.
El recorrido se inició a partir de una frase de Ramón Gómez de la Serna en torno a la novela, aunque también podría aplicarse a la histórica: «la historia es el relato de lo que no ocurrió, contado por alguien que no estuvo ahí».
Historiografía y novela son dos manifestaciones de un mismo arte: «el relato, la narración, es el único medio a nuestro alcance», dijo Pacheco, «para darle un orden a la sucesión caótica de hechos que vemos como realidad. Es el punto de partida tanto de la historia como de la ficción.»
Amistad cordial
Diferentes concepciones en torno a la novela, en especial a la histórica: el historiador se ciñe a los documentos, mientras el novelista posee la libertad y la obligación de imaginar; Walter Scott como el padre de la novela histórica; Balzac y Zolá como los contadores de la historia privada de las sociedades.
Asimismo, el recordatorio de que desde el siglo XVIII la escritura de la Historia pasó del campo de las artes al de la ciencia, «por eso cada generación debe reescribir la historia y no hay relato fijo para siempre». dijo.
«Cómo se justifica el novelista ante el historiador: no tanto por llenar los silencios y los intersticios de la historia, como por darnos algo irremplazable que es la experiencia subjetiva, la experiencia humana».
Desde esa perspectiva Pacheco se mostró convencido de las dificultades que debe enfrentar quien pretenda escribir novela histórica en México porque «tiene una competencia feroz en la intensidad dramática de nuestra historia».
Si bien, en todo ese proceso, a decir de José Emilio Pacheco, Fernando del Paso es de los escritores mexicanos que de forma más amplia y decidida ha contestado al reto de contar la historia de Maximiliano y Carlota.
«Con estas charlas quiero resaltar la importancia de Fernando del Paso en nuestra literatura y contribuir, sin pretensiones, a que sus libros se relean y encuentren más lectores», dijo el también poeta, quien advirtió que al autor de José Trigo lo une la amistad literaria y una relación cordial, pero de ninguna manera íntima y «en todo este tiempo nunca nos hemos visto a solas, siempre rodeados por otras personas», por lo que no espera elogiar para ser elogiado.
Una indagación literaria que apenas comienza: hoy (a las 18:00 horas) sigue con el tema «Historia universal de la intervención universal de la intervención francesa: antes y después de Carlota y Maximiliano», y mañana con «Noticias del Imperio o la victoria de la inmodestia».
Maratón Guadalupe - Reyes
José Emilio Pacheco llegó apenas a tiempo para iniciar su plática en El Colegio Nacional a causa, dijo, de la pista de hielo en el Zócalo de la Ciudad de México y no podía dejar pasar el hecho, como tampoco el señalar que hubiera querido que el ciclo de conferencias se diera la próxima semana, pero tiene poco tiempo de conocer el maratón Guadalupe-Reyes y decidió respetarlo.
«Hay que reconocer como una nueva realidad cultural el Puente Lupe-Reyes, que para mí es algo nuevo. Hace como dos años escuché hablar por vez primera del puente y pensé que se trataba de uno colocado sobre el río Coatzacoalcos en homenaje a algún líder. Pero no».
Un ejemplo del buen humor con el cual ofrece las conferencias, en las cuales es de los pocos que ofrece unos minutos para el intercambio con el público. Esta vez uno de los asistentes lo puso a sudar la gota gorda al pedirle sus 10 libros preferidos del siglo XX.
«Nunca me atrevería a formular una lista, se pueden hacer recomendaciones de lectura, pero no decir lo mejor de lo mejor es esto y si acaso pensar en que son muy provisionales, sobre todo porque las obras que uno pueda mencionar ahora, dentro de varios años quién sabe siquiera si estarán en la memoria de unos cuantos».
REGRESAR A LA REVISTA