.
El tenor en Pianoro en 2004. (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua, 22 de octubre 2008. (RanchoNEWS).- Fallece el tenor a los 84 años el pasado domingo en su natal Bolonia; la noticia se difundió tras su funeral. Una nota de EFE:
Gianni Raimondi, una de las grandes voces de la lírica italiana y el tenor que más cantó junto a «La Divina» María Callas, falleció a los 84 años en su residencia de Piano, en su natal Bolonia, en el centro norte de Italia. El tenor italiano murió el pasado domingo, pero por expreso deseo de la familia la noticia sólo se difundió hoy tras el funeral.
Raimondi debutó en 1947 en Budrio (Bolonia) interpretando el papel del duque de Mantua en la ópera Rigoletto de Giuseppe Verdi, que le brindó el salto a la fama y un año después actuó en el teatro Communale de Bolonia en el papel de Ernesto en Don Pasquale de Gaetano Donizetti.
«La Scala» lamentó en una nota la pérdida del maestro, que cantó en el famoso teatro milanés 270 veces, algunas de ellas recordadas en la historia de la lírica, como su interpretación en La Boheme dirigida por Herbert von Karajan.
«La Scala recuerda a Raimondi como una de las más grandes voces de su historia», añadió el teatro milanés.
Su gran éxito de crítica y público fue La Traviata, de Verdi, que interpretó en 1956 bajo la dirección artística de Luchino Visconti y al lado de una magistral María Callas en el papel de Violetta.
Gracias a su amplio registro, Raimondi fue el tenor que más veces cantó junto a la soprano estadounidense, pero de origen griego, María Callas, no sólo en «La Scala» sino en los teatros de medio mundo.
El tenor boloñés contaba con un vasto repertorio que le llevó a cantar en los templos de la ópera desde Viena a Londres y al Metropolitan de Nueva York y a ser dirigido por las mejores batutas internacionales, como Carlo Maria Giulini, Gianandrea Gavazzeni, Karajan, George Pretres y Claudio Abbado.
Su carrera fue coronada con la concesión del premio Caruso en 1990, un galardón que han recibido los grandes de la lírica como Renata Tebaldi, Mario Del Monaco y Alfredo Kraus.
REGRESAR A LA REVISTA