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Símbolo Bicentenario. Impresión Cromógena de archivo digital montada en sintra de 6 mm y laminado, de Lourdes Almeida. (Foto: Tomada de la pagina de la galería Óscar Román)
Ciudad Juárez, Chihuahua. 5 de enero 2010. (RanchoNEWS).- La galería Óscar Román convocó a sus artistas, y a uno que otro invitado, a trabajar el tema Monumentos, símbolos e iconos del bicentenario, como se titula la exposición colectiva de pintura, escultura y fotografía, que se abrió a finales de 2009 y que estará vigente todo enero en Julio Verne 14, colonia Polanco. Una nota de Merry MacMasters para La Jornada:
En años pasados, la galería ha escogido temas como la lotería y los exvotos contemporáneos, cuyas muestras, inclusive, han itinerado a Estados Unidos, Europa y Centroamérica. En esta ocasión, dada la celebración por los 200 años de la Independencia de México –así como el centenario de la Revolución Mexicana–, «quisimos adelantarnos para terminar 2009 y comenzar 2010 con el festejo del bicentenario», expresó en entrevista el galerista Óscar Román.
«Buscamos que los artistas pudieran desarrollar un tema concreto, que pudieran comprender un poco los iconos, los monumentos y los símbolos del bicentenario. Muchos de los participantes recurrieron a ciertas imágenes, como el águila o el Ángel de la Independencia. Otros hicieron un trabajo interesante, como Lourdes Almeida, quien demuestra su calidad creativa al encontrar toda una simbología y una profundidad en el tortillero. Otros se fueron con cosas más clásicas. Algunos tomaron parte de la imagen de los monumentos que, si no sabemos cuál es, no lo vamos a ubicar, como el teatro de Querétaro. Otros artistas escogieron personajes como Zapata, en el caso de Chantal Mazín, o Josefa Ortiz de Domínguez, en el caso de Georgina Quintana».
Respecto de su fotografía, Símbolo bicentenario, Lourdes Almeida, tras recibir la invitación de Román, empezó a «maquinar y a hacer muchas piezas. Obviamente, trabajé con la bandera, el Ángel, pero me decía: ‘qué flojera, va a haber muchos ángeles, muchos escudos nacionales’. Incluso, fotografié unas monedas que tengo de los años 50 del siglo XX, pero nada me interesaba. De repente se me ocurrió: un tortillero, porque hay unos que dicen Hecho en México. Como no tenía el águila, lo retomé del escudo nacional en una silla antigua de Pancho Villa y lo incorporé. Como trabajé en el proyecto de 400 años de la plata en México, había fotografiado una silla de Pancho Villa. Para mí tiene doble sentido.Es un símbolo; no quiero hablar de los otros símbolos, porque todo está tan patas para arriba y oigo a tantos artistas críticos que se preguntan: ‘¿qué conmemoramos?’ Entonces, si a mí me dicen símbolos y emblemas, prefiero éste. Es como una cachetada con guante blanco».
¿Tiene algo que ver con el maíz?
El maíz transgénico, el alimento, lo que representa la tortilla para México, que es lo que nos hace quedar bien, un símbolo del que puedo estar orgullosa, aunque ahorita la crítica también va por allí. Están aceptando el maíz transgénico, en fin. Prefiero que el espectador dé su punto de vista. Inclusive, no me importa que se esconda un poco el águila, aunque así la vuelvo a poner como una pequeña marca (en una de las esquinas de la base), porque a veces hay que cuestionarnos: ¿cuáles son nuestros emblemas y qué nos representa realmente? Cuando Óscar me invita con temas así, me gusta darle la vuelta.
Luis Carlos Barrios, que lleva un lustro de hacer cerámica, escogió realizar «un retrato hipotético de Josefa Ortiz de Domínguez, La Corregidora», con cerámica esmaltada. Sus modelos fueron «las láminas que utilizan los jóvenes en las escuelas». Quería «una imagen somera, pues, no se trataba de retratar la realidad. Por eso hice sus brazos en posición afirmativa, porque se sabe que era una mujer de armas tomar».
La escultura de Ernesto Álvarez, La flor del bicentenario, está hecha en acero pintado. Si le falta un pétalo es porque «finalmente uno la completa: siempre estamos en proceso, el país lo está. El color, el azul mexicano, le da ese carácter. Está concebido como monumento, incluso me gustaría que fuera una escultura monumental que quedara como símbolo».
El cuadro Guendaróchi zanda (Cena de libertad), de Antonio Castro López, es una alegoría del festejo. En una mesa, puesta a la manera de gala, el centro es precisamente una réplica del Ángel de la Independencia. En este particular momento, Castro López dice «explorar elementos del entorno, inclusive del hogar». Recuerda que Marcel Duchamp sacó un urinario de su contexto y lo metió en una galería. De ahí que «uno saca imágenes, como un comedor, de su contexto, para recrearlo en mi lenguaje». Poner el título en zapoteco también tiene que ver con este concepto.
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