«Este es José González Martínez, contra quien llovieron ayer acusaciones de ser un mal curandero que se hacía pasar como famoso médico. Sus tratamientos los hacía a base de un ungüento de oso, ungüento de pollo, üñas de león, misteriosas reliquias con poderes mágicos y yerbas con propiedades curativas, que sólo él ha podido descubrir. A los clientes engañados les estafó más de $2,000 pesos y ahora se encuentra recluido en la cárcel, donde, por ningún motivo, se le permitirá que instale consultorio», pie de grabado original publicado el 29/IX/53. (Foto: RanchoNEWS)
C iudad Juárez, Chihuahua. 28 de febrero de 2010. (RanchoNEWS).- El lunes 4 de junio de 2001 el periódico vespertino policial El Mexicano comenzó a publicar una sección histórica denominada «El Fronterizo: episodios históricos juarenses» a cargo del escritor Rubén Moreno Valenzuela, que reproducía en una página completa eventos de nuestro pasado tomados de la hemeroteca de El Fronterizo, el diario más importante de Ciudad Juárez del siglo XX. La sección, patrocinada por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, fue publicada durante cinco años.
El episodio, que presentamos a continuación, fue titulado:
Aprehenden a hechicero acusado de fraude
El lunes 28 de septiembre de 1953 fue capturado el «hechicero» José González Martínez acusado de estafar a 3 personas con más de $2,000 pesos.
El acusado pretendió curar a un ciego, a un alcohólico y a una señora que padecía dolencia de pies, con pócimas «mágicas» elaboradas con ungüento de oso.
Además, el miércoles 30 de septiembre de 1953, El Fronterizo informa de la captura de otro estafador que se hacía pasar, entre otros nombramientos, por representante del Asilo de Ancianos.
El hechicero González
Así reporta el caso El Fronterizo en su edición del Martes 29 de septiembre de 1953:
Graves cargos se acumularon ayer contra el curandero «con habilidades de hechicero, adivino y otros poderes sobrenaturales», que se hacía pasar como médico formalmente titulado para estafar a los incautos que caían en sus manos.
Tres personas acusaron a José González Martínez de haberlas estado engañando durante muchos meses sacándoles dinero a cuenta de supuestas curaciones.
Más de $2,000.00 pesos estafó a las tres personasque formularon sus cargos, ignorándose si existen algunas otras más que hayan sido víctimas de sus engaños.
El tratamiento al Sr. Andrade
Las Sra. María M. Corral, radicada en callejón Perú Sur 409, dijo que hace tiempo vio a González porque se anunciaba como médico y que éste se ofreció para curar al esposo de la Sra. Corral, Manuel Andrade, que padece de la vista.
Por principio de cuentas, González le cobraba $10.00 pesos por consulta y después estuvo pidiéndole diversas cantidades, hasta sumar $432.50 y $25.50 dólares dizque para comprar ampolletas, ungüentos de oro, de pollo, reliquias mágicas, uñas de león, calcetines de cartero, lenguas de perico, callos de pulga y otras cosas que según él tienen propiedades curativas, que solamente él ha podido descubrir.
Sin embargo, Manuel Andrade no encontró curación.
Otros dos tratamientos
María Rojas, de Perú Sur 707, dijo que el «dotor» González estuvo atendiéndola de una enfermedad en un pie y que después de algunos meses los único que vio fue que ella había pagado $60 dólares y $25.00 pesos.
La Sra. Guadalupe Armendáriz, domiciliada en 2 de Abril 1217, acusó a González de haber prometido curar a su esposo Agatón Armendáriz de sus aficiones al licor; y dizque para retirarlo de la bebida compró «?» claveles, aceite español y otras yerbas para lo cual la estafó con $700.00 pesos y 20 dólares.
González al ser plenamente identificado por las quejosas, no tuvo más remedio que confesar sus estafas; hoy será consignado por Comisiones de Seguridad a Investigaciones Previas.
Otro estafador
El miércoles 30 de septiembre de 1953 El Fronterizo informa de la captura de otro estafador de la siguiente manera:
Ignacio Romo Buenrostro, avezado estafador y suplantador de empleos, era buscado por la policía desde hace algunos meses para que respondiera de varios cargos fromulados en su contra, fue capturado por agentes de las Comisiones de Seguridad.
Romo fue acusado por una señora que tiene establecida una fonda por Vicente Guerrero de haberle estafado $50 pesos, haciendose pasar por personas influyente que le conseguiría todos los servicios necesarios para su negocio.
Otra acusación
Posteriormente se presentó un señor de apellido Gómez para denunciar a Romo como el sujeto que haciéndose pasar como agente de Economía, le practicó una visita; luego le dijo que también estaba comisionado por el Asilo de Ancianos para solicitar colectas e hizo que Gómez le extendiera un cheque por $50 pesos.
El humor del Jefe de Redacción
Es muy probable que fuera el Jefe de Redacción de El Fronterizo de aquel tiempo, a quien se le pueda atribuir la ironía del pie de grabado de este caso: «A los clientes engañados les estafó más de $2,000 pesos y ahora se encuentra recluido en la cárcel, donde, por ningún motivo, se le permitirá que instale consultorio».
Pero también del caso tratado ayer, la fuga de 8 reos de la cárcel muncicipal, de la cual dice: «Después del niño fugado… cuiden el hoyo. En la gráfica está, muy sereno, un policía cuidando que por ese agujero que tiene un diámetro de 20 pulgadas no sigan saliendo más presos», que fue publicado el 26/IX/53.
Tal vez algún periodista que haya trabajado en El Fronterizo de aquel tiempo pueda aportarnos el nombre del responsable de estas finas ironías.
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