C iudad Juárez, Chihuahua. 9 de mayo de 2021. (RanchoNEWS).- En The One el amor es una distopía. La serie británica utiliza la ficción para retratar la irrupción en nuestro mundo de una empresa que permite, mediante una simple prueba de ADN, encontrar a la pareja perfecta. La utopía romántica choca con la realidad. No solo es terrible que una corporación monopolice el amor ideal; además, varios de los protagonistas lo rechazan, porque están más enamorados de su esposa, de su trabajo o de ellos mismos.
La crisis de la pasión romántica no hace más que acentuarse. Son muchas las narrativas recientes que están mostrando que ese tipo de amor es más imposible que nunca. Sobre todo porque es único y, por naturaleza, eclipsa o subordina al resto de los afectos. Y en el siglo XXI ya nada es central, estable ni duradero. El amor se distribuye cada vez más entre la pareja, los compañeros, las familias, las amigas, la profesión y las aficiones, al sexo o las especies compañeras. Nuestro presente es esencialmente horizontal y poliamoroso.
El texto de Jorge Carrión lo publica The New York Times