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Rubén Olvera, Huellas #7, archival inkjet printl 24X36 2008. (Foto: Archivo)
Rubén Olvera lleva más de veinte años dedicado al arte y creando su propio lenguaje de expresión en la pintura y el grabado. Sus últimas obras, Huellas Digitales, incorporan la fotografía digital a color.
Con deliberada intención, Olvera aplica esta misma estética en todos sus medios visuales mientras analiza los rastros del tiempo y la actividad humana. Los títulos de sus obras y de sus series: Huellas y Vestigios, hacen alusión al paso del tiempo y sus efectos.Y las series: Tierra Herida, y Elegías, hacen alusión a temas mas actuales como podria ser la situacion que se esta viviendo en nuestra frontera.
La posición que mantiene el artista es que sus imágenes ilustran poemas visuales, combinaciones complejas de sentimientos, pensamientos, e ideas, imágenes que cada espectador entiende de un modo diferente.
Desde el punto de vista formalista, las imágenes de Olvera se centran en el color, la textura y la forma, y en una composición simplificada de estos elementos. En cuanto al diseño, lo vertical y lo horizontal ocupan un puesto importante en el vocabulario visual de Olvera, una referencia sutil a la gran afición del artista por la arquitectura. Sus influencias principales son artistas como el Catalán Antoni Tàpies, Los estadounidenses Robert Motherwell y John Chamberlain, el pintor de la posguerra nacido en Rusia Nicolas de Staël y Rufino Tamayo -a quién Olvera considera el pintor mas grande que a dado Mexico en todos los tiempos- (artistas conocidos por su interés en la riqueza de las texturas y el carácter matérico de su obra).
Por lo general, Olvera no manipula sus fotografías, aunque sí las recorta a veces. «La fotografía subjetiva» del artista pertenece a una categoría que John Szarkowski definió en 1978 como: «fotografías hechas como modo de expresión propia, y no para dejar constancia de la apariencia del mundo externo». Sin embargo, los intereses artísticos de Olvera se extienden mucho más allá de una simple expresión formal, pareciendo a veces una pintura más que una fotografía. Al hacer esto, la extensa diversidad del tipo de técnica adoptada por Olvera agrega un nuevo nivel de complejidad a sus obras. En cada composición abstracta -provocadora, el espectador puede observar un sinfín de texturas, colores, y superficies desgastadas, mostradas por el artista con gran esmero. A su vez, el espectador puede identificar el material enfocado con nitidez, como podrian ser los muros, superficies oxidadas y viejas de un edificio, pavimento, o estructuras metalicas, detalles que en el mundo real muchas veces pasamos por alto. Con su fotografía no figurativa de muros, calles y estructuras en ruinas de El Paso y Juárez, Olvera opina que es importante maneter su posición como artista fronterizo cuya labor artística está fortalecida por su conciencia social. La obra fotográfica de Olvera, a diferencia de sus pinturas y grabados, depende del momento y lugar en donde se realiza.
Huellas Digitales exude una tensión amenazante y dramática que proviene del estrés y presión que existe en donde se encuentran los materiales aquí ilustrados. No obstante, el artista prefiere concentrarse en las evocaciones poéticas que sus obras inspiran. Olvera eligió el concreto, muros y el metal oxidado de edificios, no solo por su lugar de origen, sino también por su colorida gama cromática y su cualidad de objeto como obra de arte (ready-made) que se combinan con la evolución de sus ideas sobre el arte. Vestigios de un trozo de madera y diferentes formas de concreto vertido, vestigios de maquinaria pesada, y vestigios de palabras y símbolos, todos estos son los vestigios dejados por los obreros y los artistas de grafiti que Olvera transforma en arte con su cámara. Huellas Digitales rinde tributo a un nostálgico pasado, es una crítica social sutil de una cultura en ruinas y decadente. No existen dos personas con huellas digitales idénticas, se utilizan para identificar a las personas, y las Huellas Digitales de Olvera desempeñan un papel determinante en la creación de su propia identidad artística.
Christian Gerstheimer, Curador, Museo de Arte de El Paso.
El Paso, Texas. 2008
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