NOTICIAS
El escritor Mohamed Chukri, autor de “El pan desnudo”, fallece en Tánger
CARLA FIBLA - 18/11/2003
Servicio especial
Rabat. – Siempre disponible, con un tono directo y serio aunque estuviera bromeando, Mohamed Chukri (Beni Chika, 1935-Tánger, 2003) mantenía un pulso constante con la realidad de su entorno y con una larga enfermedad provocada por sus excesos de alcohol y tabaco. Chukri murió el sábado pasado a mediodía y fue enterrado ayer tras el rezo A-asr en el cementerio Al Moujahidines (los combatientes), en Tánger. La lista de lugares y personas que ya le echan en falta sería interminable. E incluye desde los que asistían a sus encuentros en el Hotel Ritz o a sus veladas en el literario café Negresco, hasta los que compartían los actos a los que accedía acudir siempre, por una cuestión más humana que profesional. Chukri, que aseguraba ser un “buen rifeño con palabra”, fue analfabeto hasta los 21 años, aprovechó la “llamada del conocimiento”, la flexibilidad en la educación del momento, para aprender a escribir y leer, y más tarde llegar a ser profesor. Y, pasados sus sesenta años, a afirmar: “a través de mis escritos hay siempre una esperanza, la gente lee mis libros porque yo interpreto lo que quieren expresar o porque cada uno de ellos quiere ser como yo”.
“El pan desnudo” (traducido a 48 lenguas), “Tiempo de errores” y la reciente “Rostros, amores y maldiciones” – su autobiografía novelada– le han otorgado gran reconocimiento en su país y en el extranjero.
Censurado durante dos décadas por el regimen alauí, dado el brutal realismo de sus textos, Chukri no evitó nunca la crítica, se hizo respetar y siguió juzgando la vida que le rodeaba. Y entabló amistad con los autores extranjeros que caían seducidos por la cosmopolita Tánger: Paul Bowles, con el que hablaba en castellano, Willians Burroghs, Jean Genet o Tenesse Williams, compartieron con Chukri los años de oro de la ciudad fronteriza entre África y Europa.