Acuden cerca de 10 mil espectadores diarios al Midi Modern Music Festival, donde participan 46 bandas independientes
EFE / ElUniversal
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Pekín, China.- Con una media de 10 mil espectadores diarios, el Midi Modern Music Festival se ha convertido en estandarte de la música underground china, cada vez más consentida por la censura oficial.
La sexta edición del Midi empezó el sábado coincidiendo con la semana de vacaciones del Día Nacional (1 de octubre) y durará hasta el martes: cuatro días en los que 46 bandas independientes y 22 músicos de punk, rock metálico, jazz y electrónica actúan en el parque público del distrito pequinés de Haidian.
Mucho ha cambiado el contexto underground chino (dixia en mandarín, literalmente "bajo la superficie") desde que hace apenas unos años estas bandas limitaran sus actuaciones a pequeños bares pequineses con el riesgo de ser expulsados del local por la policía.
Catalogado por la prensa como el Wodstoock chino, en referencia al histórico concierto que en 1969 tuvo lugar en White Lake (EU), el Midi congrega también a un público joven en busca de paz y amor que acampa en el césped con sus pelos de colores, sus piercings, sus cervezas y algún que otro vicio.
El evento nació en mayo de 2000 de la mano de la Beijing Midi School of Music (Midi, siglas en inglés de "instrumento musical de interfaz digital"), una escuela independiente ubicada al pie de las Colinas Perfumadas pequinesas, como un recital con el que se mostraban los progresos de los estudiantes más aventajados.
Al tratarse de un recinto privado, poco podían hacer las autoridades para evitar la avalancha de transgresores que empezaron a acudir al festival, y la edición de 2003 se llevó a cabo en medio de fuertes medidas de seguridad, como corresponde.
Con la consciencia que da el considerarse mascarón de proa de la contracultura, ni bandas ni organizadores cobraban entrada, y a pesar de tanta generosidad, el concierto fue cancelado el año pasado -cuando por primera vez se celebraba fuera de la escuela- el primer día por las quejas de los vecinos, que querían dormir.
Este año, sin embargo, es todo orden y concierto. "Las cervezas se compran fuera", declaró uno de los vendedores de agua y zumos que rodean el escenario, consumiciones no incluidas en el precio de la entrada: 30 yuanes por día o 100 por los cuatro (3.7 y 12.3 dólares).
"El festival de 2004 fue un éxito, pero perdimos más de 100 mil yuanes (12 mil 300 dólares), sin mencionar las bandas que actúan gratis", declaró Zhang Fan, responsable de la Escuela Midi.
Los horarios están también destinados a la paz vecinal: de 11 de la mañana a 10 de la noche grupos pequineses veteranos como el punk Hang on the box, el grunge Cold-blood Animals, el indie Confucius Says y el blues de Sand pueden aullar su transgresión de forma ordenada.
Este año participan además bandas extranjeras: Something to Burn (EU), The Load of Mushroom (Francia), Blister (Noruega), World on a String (Dinamarca), Amores Perros (Suecia) y Hot Little Rocket (Canadá).
Si bien la entrada es abusiva para el público habitual, en su mayoría precarios estudiantes chinos, los espectadores más pudientes muestran su satisfacción: "Está todo ordenado y limpio y el público se comporta muy bien", declaró una contable china.
La pulcritud es tan destacada, que hasta los medios oficiales como la Radio Internacional de China (CRI) y el rotativo China Daily (del cual procede la fotografía) se han hecho eco del festival.
El efecto "emergente" del underground chino es un nuevo fenómeno en los ámbitos de la música, el cine y las artes. "A las autoridades chinas les gusta demostrar que son aperturistas", declaró el padre del rock chino, Cui Jian, antes de participar en un concierto oficial contra el fascismo en julio.
"En China hay dos caras: la oficial y la underground. La segunda es más difícil de ver, es donde está la mayoría y la realidad china", añadió entonces el cantante.
Algunas tradiciones, sin embargo, nunca cambiarán. "Corte de electricidad", anuncian los altavoces del Midi. "Cada año nos pasa lo mismo", declaró antes de actuar He Wenjin, bajista de Sand.
La sexta edición del Midi empezó el sábado coincidiendo con la semana de vacaciones del Día Nacional (1 de octubre) y durará hasta el martes: cuatro días en los que 46 bandas independientes y 22 músicos de punk, rock metálico, jazz y electrónica actúan en el parque público del distrito pequinés de Haidian.
Mucho ha cambiado el contexto underground chino (dixia en mandarín, literalmente "bajo la superficie") desde que hace apenas unos años estas bandas limitaran sus actuaciones a pequeños bares pequineses con el riesgo de ser expulsados del local por la policía.
Catalogado por la prensa como el Wodstoock chino, en referencia al histórico concierto que en 1969 tuvo lugar en White Lake (EU), el Midi congrega también a un público joven en busca de paz y amor que acampa en el césped con sus pelos de colores, sus piercings, sus cervezas y algún que otro vicio.
El evento nació en mayo de 2000 de la mano de la Beijing Midi School of Music (Midi, siglas en inglés de "instrumento musical de interfaz digital"), una escuela independiente ubicada al pie de las Colinas Perfumadas pequinesas, como un recital con el que se mostraban los progresos de los estudiantes más aventajados.
Al tratarse de un recinto privado, poco podían hacer las autoridades para evitar la avalancha de transgresores que empezaron a acudir al festival, y la edición de 2003 se llevó a cabo en medio de fuertes medidas de seguridad, como corresponde.
Con la consciencia que da el considerarse mascarón de proa de la contracultura, ni bandas ni organizadores cobraban entrada, y a pesar de tanta generosidad, el concierto fue cancelado el año pasado -cuando por primera vez se celebraba fuera de la escuela- el primer día por las quejas de los vecinos, que querían dormir.
Este año, sin embargo, es todo orden y concierto. "Las cervezas se compran fuera", declaró uno de los vendedores de agua y zumos que rodean el escenario, consumiciones no incluidas en el precio de la entrada: 30 yuanes por día o 100 por los cuatro (3.7 y 12.3 dólares).
"El festival de 2004 fue un éxito, pero perdimos más de 100 mil yuanes (12 mil 300 dólares), sin mencionar las bandas que actúan gratis", declaró Zhang Fan, responsable de la Escuela Midi.
Los horarios están también destinados a la paz vecinal: de 11 de la mañana a 10 de la noche grupos pequineses veteranos como el punk Hang on the box, el grunge Cold-blood Animals, el indie Confucius Says y el blues de Sand pueden aullar su transgresión de forma ordenada.
Este año participan además bandas extranjeras: Something to Burn (EU), The Load of Mushroom (Francia), Blister (Noruega), World on a String (Dinamarca), Amores Perros (Suecia) y Hot Little Rocket (Canadá).
Si bien la entrada es abusiva para el público habitual, en su mayoría precarios estudiantes chinos, los espectadores más pudientes muestran su satisfacción: "Está todo ordenado y limpio y el público se comporta muy bien", declaró una contable china.
La pulcritud es tan destacada, que hasta los medios oficiales como la Radio Internacional de China (CRI) y el rotativo China Daily (del cual procede la fotografía) se han hecho eco del festival.
El efecto "emergente" del underground chino es un nuevo fenómeno en los ámbitos de la música, el cine y las artes. "A las autoridades chinas les gusta demostrar que son aperturistas", declaró el padre del rock chino, Cui Jian, antes de participar en un concierto oficial contra el fascismo en julio.
"En China hay dos caras: la oficial y la underground. La segunda es más difícil de ver, es donde está la mayoría y la realidad china", añadió entonces el cantante.
Algunas tradiciones, sin embargo, nunca cambiarán. "Corte de electricidad", anuncian los altavoces del Midi. "Cada año nos pasa lo mismo", declaró antes de actuar He Wenjin, bajista de Sand.