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El tenor Fernando de la Mora y la cantante Cecilia Toussaint. (Foto: Cortesía Secretaría de Cultura)
C iudad Juárez, Chihuahua. 11 de abril de 2016. (RanchoNEWS).- Una noche bohemia con sobresaltos vivió ayer la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, durante el concierto Consuelo Velázquez. Cien años, para recordar el centenario de la compositora mexicana Consuelo Velázquez (1916-2005), organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), en el que participaron el tenor Fernando de la Mora y las cantantes Eugenia León y Cecilia Toussaint, acompañados por la dirección concertadora de Rodrigo Macías. Juan Carlos Talavera reporta desde la Ciudad de México para Excélsior.
El concierto inició con una Obertura con arreglos para orquesta de Dmitri Dudin, mientras el recinto de mármol era bañado por una iluminación multicolor al estilo cabaret que deslumbró a los asistentes, mientras Rodrigo Macías agitaba el cuerpo como si tratara de imitar a Adalberto Martínez Resortes. «Como que se emocionó demasiado ¿no cree mamá?», comentaba una de las asistentes.
Después, los intérpretes tomaron el micrófono y alternaron piezas como Enamorada, Corazón, Al nacer este día, Amar y vivir, Que seas feliz y Bésame mucho, aunque las voces casi siempre sonaban lejanas y en ocasiones eran apagadas por la fuerza de la orquesta. «Lo bueno que me sé la letra», bromeaba una señora de pelo entrecano, mientras susurraba «Al nacer este día», pieza que le traía muchos recuerdos de juventud, comentaba.
En el escenario, Eugenia León batallaba con el audífono, Cecilia Toussaint gritaba para ser escuchada, mientras la Orquesta y el Coro de Bellas Artes mantenían la armonía y el director de orquesta hacía las veces de couch para marcar el compás a las solistas.
Hasta que llegó un momento en que la orquesta falló. Todo sucedió cuando el técnico en iluminación apagó la luz de los atriles y encendió una franja rosada en el marco del escenario. En ese momento los violines dudaron, los violonchelos temblaron y Macías volteó con la desesperación de un ahogado, mientras abría y cerraba el puño en todo lo alto. Esto hizo que algunos instrumentistas
dejaran de tocar.
Pese a todo, el público no dejó de aplaudir y de comentar lo que más llamaba su atención: desde el vestido tornasoleado de Toussaint, al pelo cano y el sarape de Eugenia León, lo guapo del tenor y lo bien que cantaba Consuelito. «¿Consuelito cantaba?», preguntaba un joven de mediana edad. «Sí, yo creo que sí la vi unas dos veces», respondía su acompañante.
Hacia el final del concierto los intérpretes cantaron Amar, canción inédita con arreglos de Ángel Rodríguez, que repitieron un par de veces, al igual que Bésame mucho, pieza que este año cumple 75 años de ser creada por Consuelo Velázquez.
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