Rancho Las Voces: Textos / «José Guilherme Merquior estación mexicana» por Adolfo Castañón
(6) El retorno de Francis Ford Coppola

sábado, abril 24, 2021

Textos / «José Guilherme Merquior estación mexicana» por Adolfo Castañón

José Guilherme Merquior (1941-1991). (Foto: alias.estadao.com.br)

C iudad Juárez, Chihuahua. 23 de abril de 2021. (RanchoNEWS).- El sábado 19 de octubre del pasado 2020 recibí un mensaje del embajador de Brasil en México, Mauricio Carvalho Lyrio, invitándome a colaborar en un proyecto de libro dedicado al filósofo y escritor José Guilherme Merquior (1941-1991), quien fuera embajador de su país en México, entre 1987 y 1989. De inmediato, le hice llegar al embajador unas líneas que había yo escrito sobre el brasileño, reproducidas en mi libro Alfonso Reyes: Caballero de la voz errante:

Tuve la fortuna de contar con la amistad del inteligente —y en verdad inteligente y cordial— José Guilherme Merquior durante su estancia en México como embajador de Brasil a mediados de los años ochenta. Nos reuníamos a conversar una o dos veces al mes en algún restaurant de la Ciudad de México. Hablamos entonces de muchas cosas. Por supuesto de sus libros que editó el Fondo de Cultura Económica (De Praga a París, Foucault o el nihilismo en la cátedra, Liberalismo viejo y nuevo)... Además de esos asuntos editoriales el ensayista hablaba de sus maestros: Arnaldo Momigliano y Ernest Gellner; de Vico, de Joyce, de Lord Chesterfield y sus cartas; de política, por supuesto, y de los literatos de cada uno de nuestros países, de las pautas y líneas estructurales de la literatura brasileña: de Machado de Assis y de Octavio Paz; de João Guimarães Rosa y de Carlos Fuentes. Por supuesto, hablamos de Alfonso Reyes: ¿cuál sería la explicación, le preguntaba yo, de que a pesar de su brillante y memorable embajada Alfonso Reyes no hubiese dejado una huella más profunda en la cultura brasileña? La respuesta de Merquior fue espontánea y contundente: Reyes no era un intelectual ideológico y salió de Brasil justo en el momento en que se empezaba a desarrollar una recomposición ideológica de los campos culturales y artísticos. Pero por pequeña o relativa que fuese —insistía mi amigo— las huellas de Alfonso Reyes no son de las que se borran.

El texto de Adolfo Castañón lo publica el suplemento El Cultural de La Razón