La Cueva de las Manitas, descubierta en 1970 por Rafael Cruz Vázquez, custodio del #INAH, constituye uno de los mayores hallazgos de arte rupestre de Oaxaca y del valle de #TehuacánCuicatlán; da cuenta de presencia humana desde hace por lo menos 12 mil años. (Foto: RanchoNEWS)
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iudad Juárez, Chihuahua. 2 de noviembre de 2023. (RanchoNEWS).- Para llegar a la Cueva de la Manitas, un abrigo rocoso enclavado en las estribaciones de la Sierra Madre del Sur, en la región de La Cañada, Oaxaca, hay que andar un largo trecho bajo un sol abrasante y, si es necesario, caerse de bruces para completar la experiencia y hacer que valga el esfuerzo de penetrar en ese santuario milenario, imponente, que alberga arte rupestre de hace 4,600 años y donde recientemente especialistas han encontrado evidencias de domesticación de plantas que abrieron el camino hacia la sedentarización de los grupos de cazadores recolectores hace varios milenios, escribe J. Francisco De Anda Corral.
El Economista se interna por el escarpado terreno, de la mano de arqueólogos y especialistas del Instituto Nacional de Antropología Historia (INAH), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la Universidad de Florencia (Italia), de la Fundación para la Reserva de la Biosfera Cuicatlán y de los generosos pobladores de la comunidad de Santiago Dominguillo, guardianes del imponente sitio que alberga las milenarias pinturas rupestres.
La arqueóloga Nelly Robles García, investigadora del INAH y directora del proyecto, nos invita a atestiguar la conclusión de la segunda temporada de excavación e investigación en la cueva, que realizan en dos frentes: el trabajo propiamente arqueológico que encabeza ella misma, con un equipo integrado por Miguel Ángel Galván Benítez, Guadalupe Damián López, Francisco Grijalba Álvarez, Kevin Soriano y Leví Vázquez, y las labores de estudio y conservación del arte rupestre, apoyadas en el expertise de la maestra Lilia Rivero Weber, conservadora de bienes culturales e investigadora de la UNAM y del químico Rodorico Giorgi, investigador de la Universidad de Florencia, quien ha quedado maravillado por lo imponente de la gruta. «Entrar en esta cueva me deja sin palabras, es impresionante ver todas estas manos sobre un cielo, además en muy buen estado de conservación», dice.