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lunes, febrero 23, 2004

COLUMNA
Latidos

Emiliano Martínez y la concentración librera

SERGIO VILA-SANJUÁN - 18/02/2004 / La Vanguardia

De los 62.000 títulos que en España se publicaron en el año 2002, sólo la mitad eran novedades. La tirada media fue de unos 4.300 ejemplares, apoximadamente la mitad que en Francia, que es de 8.300. El precio medio rondó los 12 euros. Estos son algunos de los datos que manejó Emiliano Martínez, presidente de Santillana, en su conferencia en el Club de Debates del Gremio de Editores de Madrid (que también preside), para abrir un discurso sobre los “Desafíos actuales de la edición” que tuvo aires casi programáticos. Constataciones: la lectura es en los últimos tiempos objeto de abudantes planes e iniciativas desde instancias oficiales; sin embargo, cambiar hábitos en este terreno constituye tarea de años. Los estudios, según Martínez, muestran una clara correlación entre desarrollo y hábitos de lectura, con lo que la evolución de la sociedad va en favor del libro. El riesgo principal viene de la oferta masiva de ocio audiovisual y la apuesta de los poderes públicos en este sentido, finalmente una apuesta pasiva para el ciudadano. En cuanto a los problemas del sector, señala el alto costo de las devoluciones, la pérdida de la venta de fondos en favor de las novedades y “la presión al alza del tramo alto de los descuentos”, derivado de la concentración de la demanda en librerías: en la actualidad, en sólo seis entidades se puede estar concentrando el 55% de la capacidad de compra, según algunas estimaciones. En suma, nos pasábamos el día hablando de la concentración editorial y nos encontramos ahora de golpe y porrazo con la concentración librera

Roser Rahola, el crucero y los libros de texto
La viuda del historiador Jaume Vicens Vives y madre de los editores Pere y Albert Vicens es una de las contadas figuras femeninas fuertes que dio la edición española antes de la revolución feminista de la segunda mitad de los sesenta. Formada culturalmente en los años de la República, participante en el mítico crucero por el Mediterráneo de estudiantes de filosofía que simbolizó la renovación universitaria española, tras la muerte de su marido no dudó en romper con la editorial Teide que él había fundado, y donde no le dejaban el espacio que necesitaba. Así fundó editorial Vicens Vives, que convertiría en una firma de referencia en el campo del libro de texto. “Quise contar con un medio que me permitiera dar a mis hijos la misma vida que hubieran tenido con su padre”, cuenta la editora en la larga entrevista que le ha hecho Cristina Gatell y que forma parte del nuevo volumen de “Noms per a una història de l'edició a Catalunya”, iniciativa del Gremi d'Editors que se estrenó con un volumen dedicado a José Manuel Lara, Josep Vergés y Josep Lluís, y con este segundo ya se convierte en una aportación significativa para la memoria histórica del sector

Zendrera, Heyerdahl y el lanzamiento de Tintín
El segundo entrevistado en el nuevo “Noms” es Pablo Zendrera Tomás, hijo del fundador de editorial Juventud, José Zendrera Fecha. Desde los inicios Pablo Zendrera siguió la línea paterna, colaborando codo con codo junto a Marià Manent, alma literaria de la casa, con quien despachaba dos horas al día. Amante del deporte, impulsó las líneas de alpinismo y navegación que identificaron a Juventud durante una buena temporada. En sus declaraciones a Jaume Vidal recuerda que cuando trajo a Barcelona a Thor Heyerdahl, el navegante de la Kon Tiki, le ofreció llevarle a un barco de vela; Heyerdahl replicó que de rais sabía mucho, pero de navegar a vela, nada. En realidad la expedición consistió en subirse a la carabela del puerto de Barcelona y hacerse allí unas fotos. Y un dato curioso para los tintinólogos: el volumen del Gremi reproduce el cartel de lanzamiento de Tintín en España a cargo de Juventud, en el que se anunciaba que empezarían a ponerse a la venta en diciembre de 1957 cuatro albumes: “El secreto del Unicornio”, “El tesoro de Rackham el rojo”, “Objetivo la Luna” y “El cetro de Otokar”. (Pablo Zendrera dejó Juventud tras la ruptura del accionariado de esta editorial familiar, que pasó a manos de sus sobrinos Luis y Carlos)