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Aspecto de la obra Esclavo por su patria (Foto cortesía Nicolás Núñez/ Casa del Lago)
Ciudad Juárez, Chihuahua. 7 de enero 2010. (RanchoNEWS).- El Taller de Investigación Teatral, encabezado por el director y actor Nicolás Núñez, estrenará mañana, en el teatro Rosario Castellanos de Casa del Lago, en Chapultepec, el montaje Esclavo por su patria, inspirado en el texto El príncipe constante, de Pedro Calderón de la Barca, con adaptación de Enrique Olmos de Ita. Una nota de la redacción de La Jornada:
A partir del clásico texto se busca «intensificar las cualidades trágicas calderónicas y relativizar los siglos que hay de por medio entre el rapto del infante don Fernando de Portugal, en Fez, Marruecos, a la actualidad del brutal ejercicio policiaco mexicano, mostrando así la indefensión de hombres y mujeres».
Como discípulo y amigo del reconocido creador escénico Jerzy Grotowsky, Nicolás Núñez explicó que su maestro llevó a escena en 1968 la obra de Calderón de la Barca, «lo que significó en su momento, además de un éxito internacional, el nacimiento del teatro pobre. Grotowsky realizó un trabajo tan magistral que convirtió la obra en un icono de la teatralidad. A más de 50 años de aquel momento, he tenido la osadía de retomar El príncipe constante y darle un giro contemporáneo mexicanizado para encontrar la posibilidad de actualizarlo».
La adaptación del texto estuvo a cargo del joven dramaturgo Enrique Olmos de Ita (Llanos de Apan, Hidalgo, 1984), «quien se encargó de mexicanizar el concepto».
Se trata de una obra en la que Elisa Gutiérrez, Natalia Careaga, Arcelia Tinoco y Nadia Cuevas acompañan al propio Núñez, protagonista de este monólogo.
Esclavo por su patria es un ejemplo de la búsqueda, experimentación e investigación teatral que ha desarrollado por varios años Nicolás Núñez y que lo ha llevado a sustentar su denominado teatro de alto riesgo. Por ello, el trabajo físico en este montaje ha sido «tremendo, excesivo», puntualizó el director.
«Los principios del teatro de alto riesgo pueden rastrearse en el teatro pobre de Grotowsky quien, de acuerdo con Peter Brook (autor de El espacio vacío), entendía el teatro como un espacio para la comunicación espiritual, que va de la pureza del hecho teatral, centrada en el actor y no en elementos técnicos, hacía la catarsis del espectador».
Para el público joven, continúa Núñez, «esta obra resulta tan refrescante y enriquecedora como para los que participan en ella».
Uno de los objetivos de Esclavo por su patria «es confrontar la realidad y desnudarla mediante un teatro fuerte y directo. Esta obra tiene un mensaje para la humanidad entera», apuntó el creador escénico; «si no entendemos que la revolución es interna, seguiremos dándonos de balazos de la manera más torpe. La cuestión es que que no nos ubicamos en el camino adecuado para alinearnos con el universo; todo resulta de que estamos mal alineados con él».
Para Núñez, «la metáfora poética que hace vigente el texto de Calderón de la Barca es que poca gente está dispuesta a morir por lo que cree; la enfermedad de la sociedad no está en el otro. Somos nosotros mismos, y hay que encontrar una vida y una muerte honorables, que es lo que no entienden los políticos ni gran parte del medio artístico en este país ni en el mundo».
La reflexión profunda de esta obra, dice su director, «es atrevernos a darnos cuenta de que la enfermedad y el mal no están fuera de nosotros, sino dentro; que la auténtica revolución no es externa ni a balazos; la auténtica revolución es interna y de conciencia».
Esclavo por su patria se presentará en el teatro Rosario Castellanos de Casa del Lago, primera sección del Bosque de Chapultepec, los viernes y sábados de enero, a las 20 y 19 horas, respectivamente.
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