El cineasta Stuart Gordon. . (Foto: Archivo)
C iudad Juárez, Chihuahua. 25 de marzo de 2020. (RanchoNEWS).-En 1985 los fans de H. P. Lovecraft acudieron en masa a los cines -bien, toda la masa que podemos reunir los fans de Lovecraft- para ver un filme sobre uno de los relatos del maestro del horror de Providence. Se encontraron con un filme en el que una joven desnuda atada a una camilla se enfrenta a la extravagante experiencia de ver cómo un hombre decapitado trata de meterle la cabeza separada entre las piernas sujetándosela con sus propias manos. Aquella imagen, y la anterior de la cabeza con mirada libidinosa relamiéndose anticipadamente en una cubeta, eran de las que marcan época. Por no hablar de Rufus, el gato zombie más espantoso nunca re-creado (aparte del Church de Cementerio de animales de Stephen King). El filme, que dejó desconcertados a los fans del pureta Lovecraft e indignados a los más defensores de la ortodoxia (y entusiasmado al público en general), era Re-Animator, y ahora su creador, el legendario Stuart Gordon, ha muerto.
Gordon, fallecido en su ciudad natal de Chicago el martes a los 72 años, consiguió labrarse un lugar en la historia del cine especialmente gracias a ese filme, que adaptaba de manera sui generis -y me quedo corto- Herbert West: reanimador (la obra original está incluida en el volumen uno de la narrativa completa de Lovecraft publicada por Valdemar, 2005). En el libro Lovecraft plasmó una historia de terror sobrenatural con influencias góticas de Frankenstein sobre un médico que vence a la muerte entre un aluvión de adjetivos, Gordon pergeñó un verdadero cachondeo gore, una mezcla de horror y comedia que guarda poco que ver con el original a excepción del nombre del protagonista (interpretado por Jeffrey Combs), la notable aventura de resucitar muertos y el que la peripecia transcurra en la emblemática Universidad de Miskatonic, la famosa institución ficticia lovecraftiana -es sabido que en su restringida biblioteca se encuentra el Necronomicón-, aunque, por razones de presupuesto, Gordon trasladó la historia a la actualidad.
Jacinto Antón reporta para El País
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