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El artista oaxaqueño, inspirador de la bienal de pintura que debe ''tener una visión de avanzada'', como propone el curador del museo Tamayo, en el Distrito Federal (Foto: Archivo La Jornada)
O axaca, Oax. 8 de Marzo 2007. (ÁNGEL VARGAS/ La Jornada) La Bienal de Pintura Rufino Tamayo, el certamen más antiguo y relevante de su ámbito en el país, será sometida a un proceso de revisión y actualización, según se convino en un seminario realizado en esta ciudad, a iniciativa del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO).
Una de las razones para tal determinación, además de los cada vez más frecuentes señalamientos críticos de la comunidad artística, fue la polémica que suscitó su versión 13, en la cual el jurado sólo seleccionó 29 obras en lugar de las 50 que prescriben las bases, ante la baja calidad de las más de 2 mil piezas inscritas.
Durante el encuentro, en el que participaron críticos de arte, investigadores, artistas, curadores y algunos de los jurados de encuentros anteriores, se acordó presentar, a la brevedad, una propuesta a la fundación Rufino Tamayo y al Instituto Nacional de Bellas Artes en la que se plantea realizar una versión extraordinaria del certamen.
El rasgo principal de esta versión única, planeada para 2008, consistirá en que las obras participantes se elegirán por invitación directa y no, como lo establecen las bases, mediante convocatoria pública.
Como conclusión del encuentro, que tuvo lugar hace unos días en el MACO, en el contexto del aniversario 15 de ese museo, se redactó un documento con esa propuesta, con aprobación casi unánime.
En el texto se establece que la selección de la obra para esa bienal extraordinaria estará a cargo de 30 personas que han sido jurados del certamen en sus 12 versiones anteriores, y destaca que se acordó invitar de manera honorífica al pintor Francisco Toledo.
Crearán publicación del concurso
De igual manera, se convino destinar los recursos previstos para la organización de la bienal a la realización de ''una excelente publicación en la que se recojan las reflexiones de los jurados y sus pronunciamientos en torno a la selección de dichas obras; las fotografías de las piezas seleccionadas, así como la currícula de los artistas participantes; el apoyo de la organización y realización de los foros de discusión".
Otro de los puntos acordados fue la confirmación de que la bienal ''debe seguir siendo un acto de pintura. Lo identificamos como el estimulador de procesos artísticos particulares, no determinados por tendencias y estilos purificadores".
Entre los participantes en el encuentro, estuvieron los directores de los museos Eco y MACO: Guillermo Santamarina y Femaria Abad, respectivamente; el ex director del museo Carrillo Gil Carlos Ashida; el curador del museo Rufino Tamayo, Juan Carlos Pereda, y Beatriz Ezban, Luis Rius, Irma Palacios y Marco Zárate. Las críticas de arte Raquel Tibol y Teresa del Conde, según se dijo, declinaron asistir.
Correspondió a Santamarina leer el borrador del documento que se entregará a las autoridades. En él se asegura que dicha versión extraordinaria permitirá tener ''un espacio de distancia y posteriormente de reflexión sobre la trayectoria de la propia bienal, así como nuevas conexiones con el arte contemporáneo".
Abundó: ''La muestra intentará también revelar un diagnóstico de inquietudes generacionales, probables diferencias estéticas, posibles elementos de definición y discrepancia, así como categorías curatoriales y criterios vigentes en las labores tanto de los artistas como de los jurados.
''Buscaremos -leyó- que estos foros tengan lugar en las sedes de la misma exposición, así como en otras instituciones y ámbitos culturales del país."
Frescura y agilidad perdidas
Ya en entrevista, Guillermo Santamarina indicó que la necesidad de esta revisión se da porque ''la bienal está sufriendo, sobre todo creo que de indiferencia. O sea, falta que muchos más pintores, sobre todo aquellos que son destacados, que tienen un papel importante en el mercado del arte y una presencia internacional, también participen".
La artista Beatriz Ezban se negó a suscribir el acuerdo. Ello, explicó, por considerarlo riesgoso, pues podría cerrar la puerta a gran número de creadores.
''Esta propuesta es peligrosa porque le estamos dando entrada al formato de la curaduría, que no tenía un papel en la bienal; era un concurso de pintura. Sí se invitaba a curadores, pero actuaban como jurado", explicó.
''Uno de los planteamientos es que la bienal funcione a futuro por invitación de los curadores a los artistas. Entonces se pierde la posibilidad de que una gran cantidad de creadores puedan ser vistos."
Por su parte, Juan Carlos Pereda, por el museo Tamayo, consideró que la necesidad de revisar y actualizar la bienal se da porque estaba dejando de tener esa singularidad de frescura, agilidad y atrevimiento con la que fue concebida por el fallecido pintor oaxaqueño.
Tras calificarla de sólida, indicó que la propuesta acordada permitirá renovar el certamen, para tenerlo vigente y continuar enalteciéndolo.
''No existe la intención de eliminar el concurso como tal. Uno de los puntos clave que tenemos es seguir operando esta bienal de pintura con una visión renovada, con esta mística que Tamayo tenía: joven, de avanzada", aclaró. ''No podíamos dejar que esta bienal envejeciera, que se convirtiera en un concurso más; necesitamos tener criterios para actualizarla".
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