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Una de las fotos pertenecientes a la Fototeca Benito Panunzi. (Foto: Página/12)
A rgentina, 7 de Marzo 2007.(Angel Berlanga/Página/12).- Con extraordinarias imágenes obtenidas entre 1860 y 1940 por pioneros de la fotografía en la Argentina, hoy a las 19 quedará abierta al público Por la fuerza del trabajo, la primera muestra con fondos propios que realiza la Fototeca Benito Panunzi de la Biblioteca Nacional. Laburantes de otros tiempos, trabajadores en la vid, en la esquila, en el taller y en el puerto, en el aserradero y en el ferrocarril. La diversidad de máquinas, objetos y manos ásperas en plena producción dan una perspectiva del origen de una construcción, la del país, en la que aparecen rostros y cuerpos de hombres y mujeres generalmente rescatables para la historia sólo en la estadística. “El hombre construye, festeja sus creaciones –anota Horacio González, director de la Biblioteca, en el texto de presentación–. Sin embargo, son imágenes que golpean bruscamente nuestra sensibilidad.”
“Son cincuenta imágenes que provienen de distintas colecciones que tiene la fototeca”, dice Abel Alexander, asesor de la biblioteca, un experto-referente en el país respecto de la historia de la fotografía.
“Rastreamos el material, lo escaneamos e hicimos las ampliaciones que serán expuestas en marcos museológicos comprados especialmente”, agrega.
“La muestra comienza con imágenes antiguas que realizó Esteban Gonnet, un fotógrafo francés que estaba asentado en Buenos Aires hacia 1860 y realizó el primer álbum por el sistema negativo-positivo del país –instruye Alexander–. Se trata de un material que entró a la biblioteca por donación en 1864. También hay fotos del portugués Christiano Junior, uno de los fotógrafos más talentosos del siglo XIX; ahí están sus registros de trabajadores ambulantes extranjeros, de pescadores y de obreros navales. Destaco además la labor de Federico Kohlmann, que transitó por todo el país rescatando paisajes, vistas urbanas y rurales, tipos y costumbres, que volcó a ediciones propias a través del sistema de postales fotográficas y trabajó en las décadas del ’20, del ’30 y del ’40.” En la muestra, que podrá verse hasta el 9 de abril en la sala Leopoldo Marechal, también se exhibe una colección de cámaras antiguas que pertenecen al Museo Simik.
“Queremos que la muestra sea un ejemplo del potencial de este archivo”, señala la bibliotecaria Graciela Funes, a cargo de la división que agrupa Mapoteca y Fototeca, “y poner en evidencia las posibilidades del proceso de digitalización que estamos llevando adelante”. A cargo de esa tarea está la fotógrafa Clara Guareschi, que cuenta que las 20.000 imágenes, provenientes de diversas colecciones y épocas, están siendo escaneadas y catalogadas para preservar originales de la manipulación y, a la vez, para ponerlas a disposición del público. La idea es que en un año puedan consultarse desde cinco computadoras que se instalarán en el sector. Sí está disponible al público, de lunes a viernes de 9 a 16, una biblioteca especializada con más de un millar de obras. “Tenemos libros valiosísimos, como éste: El gaucho, reseña fotográfica, de Paladino Giménez –destaca Alexandre–. Ahí tenés un ejemplo de las cosas que se hacen. Es un investigador y estudioso del gaucho que se pasó años recorriendo el país y buscando fotos. Hay 453, tomadas entre 1860 y 1953.”
En un notable texto introductorio Alexander presenta a los fotógrafos de los que se nutre Por la fuerza del trabajo y contextualiza tareas, métodos y enfoques. Cuenta cómo Tomás Bradley documentó el nacimiento de la ciudad de La Plata, o cómo el italiano Félix Corte registró a fines del siglo XIX a hombres trabajando en el transporte ferroviario y en destiladoras de aguardiente; o cómo Samuel Boote, se centró en faenas campestres. Hombres y mujeres laburando allá atrás en el tiempo: en un frigorífico de Gualeguaychú, en plantaciones de caña en Tucumán; en bolsas de cereales a punto de ser cargadas a un barco en el puerto de Rosario. “La elección del tema –destaca en el texto– está directamente relacionada con aspectos candentes sobre nuestro actual mundo del trabajo y su inserción en la economía globalizada. En tal sentido, estas antiguas fotografías sobre los trabajadores de mediados del XIX y principios del XX funcionan como un sugestivo ámbito de reflexión y análisis.”
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