Aspecto de la exposición. (Foto: Europa Press)
C iudad Juárez, Chihuahua. 16 de junio 2009. (RanchoNEWS).- Lo real y lo fantástico se imprimen «con fuerza e intensidad» en una retrospectiva sobre el trabajo de la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide (Ciudad de México, 1942), que se exhibe desde este martes hasta el 6 de septiembre en la Fundación Mapfre (Madrid). Una nota de Europa Press:
«Me siento en casa y estoy muy feliz con esta muestra», declaró este martes la fotógrafa. La exposición Graciela Iturbide reúne más de 180 instantáneas en blanco y negro que forman una panorámica de su trayectoria de los últimos 40 años, prestando especial atención a su trabajo más reciente.
Autora de una amplia obra, Iturbide es uno de los grandes nombres de la fotografía artística de inspiración social y cultural. En 2008, la artista, que no utiliza cámaras digitales, obtuvo el Premio Hasselblad, la más importante distinción mundial en fotografía en la actualidad.
Con una obra que transita entre lo documental y lo poético, Iturbide teje una trama de referencias históricas, sociales y culturales en diversos países. La fragilidad de las tradiciones ancestrales y su dura subsistencia; la interacción entre naturaleza y cultura; la importancia del rito en lo cotidiano; la dimensión simbólica de los paisajes o objetos encontrados al azar son algunos de los temas de sus imágenes.
«Su trabajo mezcla lo real y lo fantástico y como somos más limitados para eso, nos deslumbramos con el resultado», puntualizó Pablo Jiménez Burillo, director general del Instituto de Cultura de Fundación Mapfre.
De Frida Khalo al sacrificio de cabras
La exposición propone un recorrido no cronológico, agrupado por temas que reúnen sus proyectos más representativos. El primer apartado, Paisajes y objetos, enseña la producción más reciente de Iturbide. México, India, Italia y Estados Unidos son algunos de los países que proporcionaron imágenes íntimas, solitarias o incluso surreales captadas desde el entorno de la fotógrafa.
Por su parte, el apartado El baño de Frida enseña instantáneas que nacieron a partir de un encargo que Iturbide recibió en 2006 de la Casa Museo de Frida Kahlo, en Coyoacán, para fotografiar uno de los baños del espacio, cerrado desde la muerte de la pintora, en 1954. «Iturbide se acerca a este icono de la cultura mexicana reinterpretando sus objetos», detalló la comisaria Marta Dahó.
En El Jardín Botánico la fotógrafa registra los primeros días de la creación del jardín botánico de Oaxaca, que reúne especies autóctonas hoy tan vulnerables que necesitan cuidados, dando «un aire hospitalario» a las imágenes, como calificó Dahó. Por otra parte, en el mismo estado de Oaxaca, Iturbide registró el sacrificio de centenares de cabras que se celebra cada año en las montañas mixtecas, imprimiendo una carga histórica e incluso «bíblica» a esta serie, titulada En el nombre del Padre.
Los rituales de fiesta y muerte mexicanos desde los finales de los 60 hasta los años 80; la vida de las mujeres de Juchitán (famosa serie que retrata ese enclave donde las mujeres controlan la economía y sólo aceptan la participación de hombres si son homosexuales); el cotidiano de los indios Seris del desierto de Sonora y retratos como el célebre Nuestra Señora de las Iguanas son temáticas de los últimos apartados de la muestra. «Más allá de los temas, creo que su obra está marcada por la fuerza y la intensidad», subrayó Dahó.
«Pretexto» para conocer otrs culturas
La trayectoria de Iturbide como fotógrafa se inicia a finales de la década de sesenta, tras ingresar en el Centro de Estudios Cinematográficos de México, donde conoce el que sería su gran maestro, el fotógrafo Manuel Álvarez Bravo. «Él me enseñó una nueva manera de ver la vida y me decía que para fotografiar bien es necesario ver mucha pintura», recordó.
A lo largo de su carrera, Iturbide ha recibido diversos reconocimientos, como el Premio Eugene Smith (por su reportaje Médicos sin Fronteras en 1998) o el Gran Premio de las Fotografías de París en 1988, además del The Hasselblad Foundation International Award in Photography en 2008.
El continuo diálogo entre imágenes tomadas en distintas épocas y lugares es otra característica de la obra de Iturbide. El sueño, los símbolos, el ritual, la religión, los viajes y el cotidiano conjugan, evitando encuadres obvios o anecdóticos, así como hacen Brassaï o Chister Strömholm, con quien la fotógrafa mantiene lazos de afinidad. «Siempre digo que ser fotógrafo es un pretexto para conocer el mundo y la cultura de otros países», concluyó.
Galería
El señor de los pájaros, Nayarit, México (1985).G.I
El baño de Frida, Coyoacán, México (2006).G.I.
Chalma, México (2008).G.I
Ritual de las fiestas de Niño Fidencio, Espinazo, Nuevo León, México (2009).G.I.
Jardín Botánico, Lucknow, India (1999).G.I
Chalma, México, 2008.G.I
Khajuraho, India (1998).G.I.
Autorretrato en casa de Trotsky, Coyoacán, México (2006).G.I.
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