Joumana Haddad. (Foto: Hayat Karanouh)
C iudad Juárez, Chihuahua. 8 de junio 2009. (RanchoNEWS).- Joumana Haddad, poetisa libanesa, edita Jasad, una publicación subversiva. Una nota de Nada Ziadeh para El País:
Una revista erótica en el mundo árabe. Ideada por una mujer. El reto, que puede sonar subversivo, figura en la agenda de Joumana Haddad, poetisa libanesa y responsable del suplemento cultural del periódico, An Nahar. El primer número de Jasad (que significa cuerpo en árabe) se vendió en diciembre en bolsas de plástico con la mención «para adultos». Y se agotó en apenas diez días. De momento, no ha tenido problemas con la censura en Líbano.
La idea, explica Haddad, fue «hacer una revista cultural nueva, fresca, provocadora con inteligencia, donde se pueda hablar libremente de temas tabú. Restituir a nuestra lengua árabe una parte muy importante de su patrimonio, de su vocabulario: la parte ligada al cuerpo y a la sexualidad», continúa. Pero no sólo eso. Jasad también viene cargada de arte, literatura y de «las ciencias del cuerpo»; «en su dimensión erótica, social, estética, antiestética, antropológica, lingüística». Es un trimestral de 200 páginas con un tema principal (el incesto, el fetichismo, la ninfomanía, la violencia conyugal, etcétera) varias rúbricas (mi primera vez, cocina afrodisiaca, etcétera) y también ensayos, críticas de cine o de literatura.
Los colaboradores vienen de distintas disciplinas pero todos pertenecen al mundo árabe. Escriben con sus propios nombres. Los seudónimos están prohibidos. Todo sirve al fin de contribuir «a un verdadero cambio de las mentalidades radicales y oscurantistas. Vivimos en un mundo de hipocresía y de esquizofrenia, tenemos que empezar a decir lo que pensamos». Las imágenes, bastante explícitas, son obras de arte y están porque «el explícito visual es una necesidad como visión artística primordial».
En un país donde se cortan las partes consideradas de contenido literal en las películas, revistas o libros, resulta sorprendente que se permita la publicación de una revista cuyo tema principal es el sexo. Todo se debe, afirma Haddad, «al ministro de Información actual. Un gran intelectual que cree en la libertad de expresión». Se dirige a todos los públicos y cuenta con suscriptores en varios países árabes –sobre todo en Arabia Saudí, donde no se vende–.
No todo han sido, como es de imaginar, buenas noticias. La revista se ha condenado como una incitación a la pornografía. En un mundo donde la homosexualidad, por ejemplo, es todavía considerada un delito, hablar de masturbación, erección, o incesto, resulta escandaloso. Eso ha llevado algunas voces a proferir indignadas quejas en un intento de prohibir su venta. Para Joumana Haddad, es una reacción normal: «Jasad tiene adversarios, pero también muchos defensores, lo que genera un diálogo permanente sobre lo que representa e inspira... La unanimidad es algo peligroso». De momento, lo que la publicación ha demostrado es que si Líbano es el país árabe con más libertad, también es un hervidero de contradicciones.
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C iudad Juárez, Chihuahua. 8 de junio 2009. (RanchoNEWS).- Joumana Haddad, poetisa libanesa, edita Jasad, una publicación subversiva. Una nota de Nada Ziadeh para El País:
Una revista erótica en el mundo árabe. Ideada por una mujer. El reto, que puede sonar subversivo, figura en la agenda de Joumana Haddad, poetisa libanesa y responsable del suplemento cultural del periódico, An Nahar. El primer número de Jasad (que significa cuerpo en árabe) se vendió en diciembre en bolsas de plástico con la mención «para adultos». Y se agotó en apenas diez días. De momento, no ha tenido problemas con la censura en Líbano.
La idea, explica Haddad, fue «hacer una revista cultural nueva, fresca, provocadora con inteligencia, donde se pueda hablar libremente de temas tabú. Restituir a nuestra lengua árabe una parte muy importante de su patrimonio, de su vocabulario: la parte ligada al cuerpo y a la sexualidad», continúa. Pero no sólo eso. Jasad también viene cargada de arte, literatura y de «las ciencias del cuerpo»; «en su dimensión erótica, social, estética, antiestética, antropológica, lingüística». Es un trimestral de 200 páginas con un tema principal (el incesto, el fetichismo, la ninfomanía, la violencia conyugal, etcétera) varias rúbricas (mi primera vez, cocina afrodisiaca, etcétera) y también ensayos, críticas de cine o de literatura.
Los colaboradores vienen de distintas disciplinas pero todos pertenecen al mundo árabe. Escriben con sus propios nombres. Los seudónimos están prohibidos. Todo sirve al fin de contribuir «a un verdadero cambio de las mentalidades radicales y oscurantistas. Vivimos en un mundo de hipocresía y de esquizofrenia, tenemos que empezar a decir lo que pensamos». Las imágenes, bastante explícitas, son obras de arte y están porque «el explícito visual es una necesidad como visión artística primordial».
En un país donde se cortan las partes consideradas de contenido literal en las películas, revistas o libros, resulta sorprendente que se permita la publicación de una revista cuyo tema principal es el sexo. Todo se debe, afirma Haddad, «al ministro de Información actual. Un gran intelectual que cree en la libertad de expresión». Se dirige a todos los públicos y cuenta con suscriptores en varios países árabes –sobre todo en Arabia Saudí, donde no se vende–.
No todo han sido, como es de imaginar, buenas noticias. La revista se ha condenado como una incitación a la pornografía. En un mundo donde la homosexualidad, por ejemplo, es todavía considerada un delito, hablar de masturbación, erección, o incesto, resulta escandaloso. Eso ha llevado algunas voces a proferir indignadas quejas en un intento de prohibir su venta. Para Joumana Haddad, es una reacción normal: «Jasad tiene adversarios, pero también muchos defensores, lo que genera un diálogo permanente sobre lo que representa e inspira... La unanimidad es algo peligroso». De momento, lo que la publicación ha demostrado es que si Líbano es el país árabe con más libertad, también es un hervidero de contradicciones.
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