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El cineasta inglés en el rodaje de su último film. (Foto: Archivo)
Ciudad Juárez, Chihuahua. 12 de mayo 2010. (RanchoNEWS).- Hace 33 años, Ridley Scott debutó en Cannes. Fue con Los duelistas, el primer filme de un realizador gruñón, al borde de los cuarenta y salido del mundo de la publicidad, que realizó con un presupuesto modesto de 627.000 euros. Consiguió el premio a la mejor ópera prima en el certamen... pero su estreno en Estados Unidos sólo llegó a siete cines. Una nota de Rocío Ayuso para El País:
Más de tres décadas después, el juego ha cambiado. El último trabajo de Scott, Robin Hood, inaugura hoy la 63ª edición de Cannes. Es una superproducción hollywoodiense con dinero (102 millones de euros), estrellas (Russell Crowe y Cate Blanchett) y en la que hasta pudo contar a su disposición con los bosques de Sherwood. A sus 72 años el británico mantiene su amor por los gruñidos, pero no podrá soltarlos en Cannes. La lenta recuperación de una rodilla maltrecha le impedirá pisar la costa azul francesa. En España, la película se estrena mañana jueves.
La carrera de Scott ha navegado entre grandes clásicos (Alien, Blade runner, Thelma y Louise, Gladiator) y grandes desastres (Legend, 1492, la conquista del paraíso o Un buen año). ¿Qué espera él del festival? «Me dan igual las críticas. Sigo pensando que Cannes es uno de los mejores certámenes del mundo. Y el mejor mercado. Porque, ¿para qué engañarnos? Eso es lo que hacemos. Vendemos películas. Pero también sé que Robin Hood es cine de verdad, del bueno. No un producto. Una obra perfecta para abrir Cannes», se defiende antes incluso de oír los ataques con su táctica habitual, agresivo y lleno de energía, creativo y contestatario. Peleará contra los que cuestionen por qué otro Robin Hood, la edad de sus estrellas en un Hollywood de adolescentes, o a quién se le ocurrió un desembarco de Normandia a la inversa en una película de época. «Me inspiré en Guillermo el Conquistador, cuando atracó en las costas con 600 navíos en los que se trajo hasta los caballos». Visualmente Ridley Scott sigue siendo el maestro adelantado a su tiempo, el tipo a contracorriente que cuando todos tienen la palabra digital en la boca él recurre a cientos de caballos y extras con los que recrear sus batallas. «Vengo de hacer grandes campañas en la edad de oro de la publicidad británica», justifica de su visión megalómana. ¿Y el presupuesto? «Por debajo de lo esperado. ¡Soy productor! Sé cómo decir que no. Y cómo rodar en nueve días un desembarco que me hubiera tomado un mes. Todo está en el storyboard».
El británico es un auténtico hombre de Hollywood. Robin Hood lo ejemplifica: Scott se quedó con el guión más disputado en 2007, el de Ethan Reiff y Cyrus Voris, una nueva versión de Robin Hood desde el punto de vista del sheriff de Nottingham, y después lo reescribió entero para eliminar todo aquello por lo que había sido comprado. Russell Crowe, burlesco, comenta: «Lo que no hago es ponerme las manos en la cintura y soltar una risotada», en referencia a los Robin Hood precedentes. Para el productor Brian Grazer se trata del Gladiator de los Robin Hood. Explicando esa referencia, Scott asegura: «Y todos se reían de mí por hacer Gladiator, porque no había habido una buena de gladiadores en 30 años y las que posteriores son basura. ¿No es así?». Scott se quiere distanciar del sentimiento de «ya visto», de remake que tanto se ve en el cine actual. De ahí que su Robin Hood tenga mucho más de veterano de guerra desilusionado con las Cruzadas que del típico bueno para todo, y su Marion sea una mezcla entre Katharine Hepburn y La fierecilla domada.
Su deseo, que el público sienta que es real. Ridley Scott está seguro de que Robin Hood existió y su película explica el nacimiento de la leyenda. «No me gustan los héroes de tebeo», afirma contra los gustos imperantes en Hollywood. Si hay que retomar alguna historia, defiende Scott, al menos que sea una propia como la de Alien. «Basta de secuelas. Yo voy a por la precuela. Ya estoy en la cuarta versión de guión y lo único malo es que no podré contar con Sigourney Weaver», confirma, y asegura que está dispuesto a resucitar el octavo pasajero en 3D. «Jim [Cameron] ha puesto el nivel muy alto. Sin embargo, no le dejaré salirse con la suya. Alien será el lado oscuro de la luna».
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