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Imagen del álbum El arte de volar. (Foto: Altabirra/Kim)
Ciudad Juárez, Chihuahua. 7 de mayo de 2010. (RanchoNEWS).- El dibujante Rubén Pellejero (Badalona, 1952) ha ganado hoy el Gran Premio del Salón Internacional del Cómic de Barcelona. Pellejero comenzó su carrera artística como ilustrador en los años 70 y como dibujante de cómics debutó en 1981, cuando empezó a dibujar en la revista Cimoc su serie «Historias de una Barcelona», según informa la agencia EFE:
Poco después comenzó una fructífera colaboración con el guionista argentino Jorge Zentner, con el que creó historietas como Las memorias de Monsieur Griffaton (Cimoc, 1982), Historias en FM (Cimoc, 1983) y, sobre todo, la creación para la revista Cairo del personaje Dieter Lumpen (1985), protagonista de ocho historias breves y tres de larga duración, que luego serían editadas en álbumes por Norma Editorial.
Una de sus obras más aplaudidas con Zentner fue el álbum de 1994 El silencio de Malka, que obtuvo varios premios, como el galardón al mejor álbum extranjero publicado en Francia del Festival del Cómic de Angulema.
En los últimos años, Pellejero ha seguido trabajando directamente para el mercado francés, con álbumes como Un poco de humo azul y El vals del gulag.
Premio a Crumb por Génesis
El Premio Josep Toutain al autor revelación 2009 ha recaído en el dibujante asturiano Alfonso Zapico, que debutó con el álbum La guerra del profesor Bertenev, que recibió el Prix BD Romanesque en el FestiBD Ville de Moulins en el 2007.
El cómic Génesis, de Robert Crumb, padre del cómic underground, ha sido distinguido como Mejor obra extranjera publicada en España en 2009. En esta obra, Crumb ha realizado una sorprendente adaptación de una de las partes esenciales de la Biblia, una versión exenta de toda beatería en la que personajes bíblicos como Adán y Eva adquieren una carnalidad que no aparece en ningún retablo.
El galardón a la Mejor obra española ha correspondido a la novela gráfica El arte de volar de Antonio Altarriba y Kim, que narran en sus páginas la guerra civil, el exilio o las humillaciones sufridas por los derrotados por Franco. Los dos autores han sido distinguidos asimismo con los premios al Mejor Guión (Altarriba) y al Mejor Dibujo (Kim), por la misma novela gráfica.
En el palmarés del Salón también han sido premiados Dos veces breve (Mejor revista), Gato Negro (Mejor fanzine), www.entrecomics.com (Premio a la divulgación de la historieta), Espacio Sins Entido de Madrid (Librería especializada)
Premios por votación popular
Los premios por votación popular han recaído en los siguientes autores y obras:
- Mejor obra extranjera publicada en España: El increíble Hércules: Amor y Guerra, de Greg Pak, Van Lente, Clayton Henry, Salva Espín.
- Mejor autor revelación español: Tomeu Pinya (Mallorca, 1982)
- Mejor obra de autor español: El juego de la Luna, de José Luis Munuera y Enrique Bonet.
- Mejor guión de autor español: Enrique Bonet (Málaga, 1966) por El Juego de la Luna.
- Mejor dibujo de autor español: Daniel Acuña (Águilas, Murcia, 1974) por Los Eternos n° 1: matar a un Dios.
- Mejor revista: Dolmen
- Mejor fanzine: El Cuaderno de Tesla.
- Premio a la divulgación del cómic: Jordi Ojeda.
El arte de volar
Barcelona. 7 de mayo. (Anna Abella / El Periódico) Tres de tres. El arte de volar estaba nominada como mejor obra, mejor guión y mejor dibujo de autor español en la 28ª edición del Salón del Cómic de Barcelona y esta noche ha arrasado en las tres categorías solo un mes después de ganar el Premi Nacional de Còmic de la Generalitat. En ella, el guionista Antonio Altarriba escribió la historia de su propio padre, que tras una vida llena de fracasos y frustraciones se suicidó cuando tenía 90 años. Con documentadas ilustraciones en grises de Kim, creador del popular Martínez, el Facha de El Jueves, El arte de volar (Edicions de Ponent) es, además de una obra de gran calidad narrativa y gráfica, un recorrido por la guerra civil, el exilio republicano, la segunda guerra mundial, la posguerra y la democracia.
Hoy, tras una jornada en la que el recinto de la feria ha empezado a llenarse de gente y Jacques Tardi tenía una larga cola de fans en la mesa de firmas, el salón ha anunciado sus galardones, que además de coronar a Altarriba y Kim, reconocían a Rubén Pellejero con el Gran Premio a toda una trayectoria, a Alfonso Zapico como autor revelación y, como mejor obra extranjera, Génesis, de Robert Crumb.
«Mi padre se suicidó el 4 de mayo del 2001». Así empieza el álbum de Altarriba y Kim, en el momento en que el padre del primero se prepara para «echar a volar» arrojándose desde la azotea de una residencia de ancianos de La Rioja. El pasado jueves, 24 horas antes de conocerse los premios, Altarriba (Peñaflor, Zaragoza, 1952) se preparaba para viajar a Barcelona desde Vitoria y, en conversación telefónica, explicaba cómo emprendió el proyecto de El arte de volar. «Estos días me he acordado mucho de cuando empecé a redactar el guión. Estaba muy afectado por la muerte de mi padre y sentí una fuerte pulsión por contar su historia, una vida llena de avatares y fracasos que le llevaron a suicidarse. Teníamos un nexo de complicidad y cuando me pidió ayuda para morir y yo no pude ayudarle tomó la decisión de hacerlo por su cuenta».
Memoria histórica
«Me pregunto qué pensaría él si se viera de protagonista del libro. Al menos con él tiene una segunda vida que es mucho más honorable de la que tuvo en vida», se sincera Altarriba, catedrático de Literatura Francesa en la Universidad del País Vasco además de guionista. «Aunque no pretendía entrar en la memoria histórica –añade– el cómic retrata a una generación que lo tuvo muy mal. No explico grandes batallas sino la vida de la gente corriente. No es un tebeo de la guerra civil sino de lo que ocurre antes y después porque el franquismo no solo fueron los fusilados sino años de explotación y oprobio por parte de pequeños tiranos de barrio».
Dibujo serio
Altarriba conoció en un festival a Kim (Barcelona, 1942) y pensó: «Éste es mi hombre». El dibujante, referente de la historieta española y habitual en El Víbora, Makoki y El Jueves, se sorprendió porque nunca había hecho un trabajo tan serio pero aceptó el reto y lo superó con creces.
Carles Santamaria, director del salón, ha destacado que «los profesionales del medio, que son los que votan, aprecian mucho la tendencia de los últimos años de contar historias comprometidas, de denuncia social o situaciones personales» como la de El arte de volar.
Habrá que esperar si se cumple la coincidencia que se ha repetido en las últimas ediciones de que el Premio Nacional de Cómic del Ministerio de Cultura ha recaído en los galardonados del salón. Por ahora, la editorial Denoël ya ha firmado el contrato para publicarla en Francia.
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