Woody Allen, en el rodaje de 'Golpe de suerte'. (Foto: RanchoNEWS)
C
iudad Juárez, Chihuahua. 25 de septiembre de 2023. (RanchoNEWS).- En verdad el cine de Woody Allen ya era viejo (o clásico) desde sus inicios. Sus últimas películas son a veces objeto de incruentos veredictos que ven en ellas un cine de otro tiempo, bajo los focos anaranjados de Vittorio Storaro y el espíritu expeditivo de sus secuencias, no demasiado trabajadas, como impulsadas por el flujo de una creatividad conformista, escribe Carlos Reviriego en El Cultural.
Pero hay que volver a sus inicios, cuando dio el salto de monologuista a cineasta en su periodo slapstick –de Toma el dinero y corre (1969) a La última noche de Grushenko (1975)–, para comprobar que todo esto estaba ya ahí, que Woody acaso ha volcado su tentación por la frivolidad y su deseo de ser un músico de jazz (para lo cual siempre dijo que no tenía talento suficiente) en su fertilidad para fabular con las historias y los personajes.
Una película como Desmontando a Harry (1997), centrada en el bloqueo de un escritor que retrata su vida a través de sus ficciones y arruina así todos sus amores y amistades, vendría a ser el epítome de esa condición necesaria para apreciar el cine del neoyorquino.