Rancho Las Voces: Textos / Nuria Azancot: «Doce estampas de Pablo Neruda - El hombre y su leyenda»
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miércoles, septiembre 27, 2023

Textos / Nuria Azancot: «Doce estampas de Pablo Neruda - El hombre y su leyenda»

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El poeta con Delia del Carril, su segunda mujer, a la que conoció en 1934 (Foto: RanchoNEWS)

C iudad Juárez, Chihuahua. 25 de septiembre de 2023. (RanchoNEWS).- Retrato. En Confieso que he vivido, Pablo Neruda se define como “un hombre común a veces dolorido y a veces alegre, un hombre que entra con vosotros a los bosques y a las bibliotecas, a los mítines populares y a los sitios secretos del corazón”. Por su parte, Jorge Edwards, cómplice y amigo, recuerda que cuando se lo presentaron lo encontró «más bien gordo, más bien alto, muy mayor para nosotros, pero que todavía se encontraba en los años mejores de la cuarentena. Estaba vestido con un traje de gabardina de color verde botella, en los tiempos en que la gabardina todavía era una novedad rara, que llegaba de los Estados Unidos a precios prohibitivos».

Temuco. Tras la muerte de su madre, apenas dos meses después del nacimiento del poeta, la familia se instala en Temuco pues el padre, José del Carmen, tras salir «muy joven de las tierras paternas», terminó como ferroviario en esta «ciudad pionera, de esas ciudades sin pasado pero con ferreterías [...] Si Temuco era la avanzada de la vida chilena en los territorios del sur de Chile, esto significaba una larga historia de sangre», escribe al evocar su infancia. Allí, en Temuco, donde «mi poesía nació entre el cerro y el río» siempre oirá «la voz del agua que me enseñó a cantar».

Es sabido que el verdadero nombre del Nobel chileno era Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, y que adoptó el pseudónimo de Pablo Neruda en su juventud, pero hasta que publicó sus memorias se ignoraba la razón. El responsable fue su padre, que «no estaba de acuerdo con tener un hijo poeta», así que a los catorce años, y «para encubrir la publicación de mis primeros versos me busqué un apellido que lo despistara totalmente». Neruda, encontrado, decía, en una revista «sin saber siquiera que se trataba de un gran escritor checo», fue su solución.